Consideraciones preliminares del modelo de educación a distancia y la virtualidad

En busca de una definición

Ileana Salas Campos

Para inicios del siglo XX, se comenzaron a observar algunas experiencias de con carácter formal; pero fue, según Garrison (2009), a partir de 1970, cuando se evidenció una necesidad de configurar la teoría y la práctica del modelo. En este contexto, surgieron diferentes enfoques de lo que implica la educación a distancia.

Las primeras experiencias iniciaron con un modelo de estudio independiente, en el cual el estudiante recibía un paquete de materiales autoinstructivos que eran diseñados y producidos desde un enfoque industrial y que apuntaban específicamente a lograr acceso, y cobertura. Charles A. Wedemeyer, el más reconocido teórico de este enfoque, establece seis características del aprendizaje independiente: 1) la separación física del profesor y los estudiantes; 2) el proceso de enseñanza y aprendizaje se realiza gracias a la comunicación escrita e impresa o por algún otro medio de comunicación; 3) la enseñanza es individualizada; 4) el aprendizaje tiene lugar a partir de las actividades que realiza el estudiante; 5) el aprendizaje debe realizarse en el mismo entorno del estudiante y 6) el estudiante toma responsabilidad del ritmo y del proceso del aprendizaje (Garrison, 2009; Simonson et al., 2019).

Wedemeyer, asimismo, expuso 10 características del aprendizaje independiente acompañado del uso de tecnologías, como un instrumento para facilitar o implementar la independencia:

  1. Operar en cualquier lugar donde estén los estudiantes, con docente presente o sin este.
  2. Brindar a los estudiantes más responsabilidades en su proceso de aprendizaje.
  3. Dar al cuerpo docente posibilidad amplia de pensar en tareas educativas, más que administrativas.
  4. Ofrecer a los estudiantes una amplia gama de cursos, formatos y metodologías.
  5. Usar los medios y métodos que han sido probados por su efectividad.
  6. Mezclar medios y métodos que coadyuven a la comprensión de contenidos.
  7. Articular los cursos y su desarrollo con el medio o programa que se use.
  8. Mejorar las oportunidades para la adaptación a las diferencias individuales.
  9. Evaluar el logro, sin levantar barreras relacionadas con el lugar, la tasa, el método o la secuencia de estudio del estudiante.
  10. Permitir a los estudiantes empezar, detenerse y aprender a su propio ritmo. (Simonson et al., sección Theory of Independent Study – Charles Wedemeyer, 2019).

Obsérvese en estas 10 consideraciones de Wedemeyer algunos conceptos que tempranamente se expusieron como características de la educación a distancia y que años más tarde, con la adopción de las modernas tecnologías de información y comunicación (TIC), se enfatizaron: , , múltiples representaciones de los contenidos, . Es lógico pensar que, si se hace un análisis profundo de cada uno de estos aspectos, serán muchos los principios epistemológicos, psicológicos, pedagógicos que están implicados.

Para los primeros años de la década de 1970, Michael Moore formuló su teoría de educación a distancia, la cual se llamó «estudio independiente», al igual que Wedemeyer, y la definió como:

cualquier programa educativo en el que el programa de aprendizaje se desarrolla de forma separada en tiempo y lugar del programa de enseñanza, y en el que el alumno tiene una influencia al menos igual a la del maestro en la determinación de metas, recursos y decisiones de evaluación (Moore, 1977, p. 14).

En esta definición, tal como lo indica Dron (2019), se pueden revisar con detenimiento algunos conceptos expuestos, por ejemplo, podríamos decir ¿el programa de aprendizaje será el mismo que el programa de enseñanza?, ¿cuáles habilidades debe desarrollar el estudiantado para seleccionar los recursos y formas de evaluar?, ¿requerirá un planteamiento como este una amplia guía y soporte desde la institución? Estamos seguros de que hay muchas más variables que deben ser revisadas en esta propuesta.

Por su parte, Moore (citado por Simonson et al., 2019) señala que el grado de autonomía que logren los estudiantes dependerá de responder tres preguntas: ¿Es responsabilidad del estudiante o del docente la selección de objetivos en el programa de estudio?, ¿es responsabilidad del estudiante o del docente la selección de recursos y medios?, ¿son las decisiones acerca de los métodos de evaluación y criterios responsabilidad de los estudiantes y del docente?

Asociada a la teoría del estudio independiente, Moore señaló:

En la educación a distancia, por definición, la persona o instituciones que proveen la instrucción están separados, ya sea en lugar o tiempo, o ambos de sus alumnos. La educación a distancia consiste en toda una familia de relaciones de enseñanza-aprendizaje que van en gran parte autodirigido a través de la más alta organización; de las interacciones entre estudiantes y tutores, a grupos de aprendizaje, comunidades, entre estudiantes únicos para educar y formar en organizaciones (1989, p. 8).

Continúa Moore (1989) explicando lo que distingue «la gran familia de transacciones educativas es la separación entre el estudiante y el profesor» (p. 8) y por supuesto, la comunicación se lleva a cabo haciendo uso de diferentes medios, pero más allá del medio que se utilice para establecer el puente de comunicación, el diálogo que tradicionalmente sucede cara a cara sucede ahora a «través [sic] del espacio y del tiempo» (Moore, 1989, p. 8).

Una vez que analizó el trabajo realizado por Wedemeyer, y como una forma de entender la relación entre el estudiante y el profesor, Moore planteó dentro de esta teoría el concepto de . Él asevera que:

hay ahora una distancia entre el estudiante y el profesor la cual no es meramente geográfica, pero sí educacional y psicológica. Esta es una distancia en la relación de los dos socios en la empresa educativa. Esta es una distancia transaccional (Saba, 2003, p. 5).

Más tarde, Moore señala: «la distancia transaccional es la brecha entre la comprensión del profesor (o equipo docente) y la de un alumno, y la educación a distancia es la metodología para estructurar los cursos y gestionar el diálogo entre el profesor y el alumno para cerrar esa brecha a través [sic] de la tecnología de las comunicaciones» (Moore, 2019, sección Origins of the Terms Used in Transactional Distance Theory).

Partiendo de esta definición, señala que hay tres macrofactores que la configuran: uno es la estructura que está referida al análisis de los contenidos de las asignaturas y cursos, la planificación y el , la elaboración de materiales mediados pedagógicamente parte guiar al logro de los objetivos, así como las guías que se brinden para acceder a la información y adaptarse a las necesidades de los estudiantes. El otro macrofactor es el diálogo, que se deriva de los procesos de comunicación e interacción en todos los niveles y debe entenderse como el sistema de doble vía que favorece la creación de entornos comunicativos, aprovechando las tecnologías más apropiadas para llevar a cabo los procesos de enseñanza y aprendizaje. Por último, la autonomía; este macrofactor se relaciona con el comportamiento que debe exhibir un estudiante en un modelo a distancia, en el cual la toma de decisiones no debe estar reservada solo para los profesores, sino que a partir de procesos de autorregulación y autogestión es capaz de aprender (Moore, 2019).

El equilibrio justo entre el diálogo y la estructura determina el nivel de autonomía de del estudiantado, y la amplitud o cercanía de la distancia transaccional o relacional. Entonces, estructuras rígidas, poco flexibles y con facilidades nulas de comunicación exhiben más distancia transaccional que las estructuras flexibles, que pueden adaptarse a los estudiantes y que ofrecen una alta interacción (Moore, 1977).

Saba (2003) advierte que el concepto de distancia transaccional de Moore reviste de importancia porque sienta las bases de dicho concepto en las ciencias sociales, el cual es diferente a la interpretación usual que brindan las ciencias físicas. En esta definición social, según Saba, tan importante es el estudiante en el modelo de educación a distancia como los factores estructurales e institucionales que posibilitan la concreción del proceso de enseñanza y aprendizaje.

Otra gran contribución al concepto de educación a distancia fue brindada por  Otto Peters. A él se le atribuye un enfoque industrializado, partiendo del uso de la tecnología, para alcanzar la mayor audiencia posible. Peters manifestó que el alcance de la educación por correspondencia se debió precisamente a la producción en masa de materiales instruccionales y que esto implica la división del trabajo (Keegan, 1980).

La definición de educación a distancia de Otto Peters es:

Un método de impartir conocimiento, destrezas y actitudes. Esta es racionalizada por la aplicación de la división del trabajo y los principios organizacionales tan bien como por el extensivo uso de los medios técnicos, especialmente con el propósito de reproducir material de enseñanza de alta calidad, con el cual se hace posible la instrucción a un gran número de estudiantes en un mismo tiempo dondequiera que ellos vivan (Simonson et al., 2019, Sección Related Terms).

Peters, luego de un profundo estudio de las metodologías de trabajo de algunas industrias y universidades a distancia en los años 60, determinó que había un alto grado de principios de la industrialización en los modelos de educación a distancia y determinó catorce categorías de análisis: 1) racionalización, 2) división del trabajo, 3) mecanización, 4) línea de ensamble, 5) producción en masa, 6) preparación del trabajo, 7) planificación, 8) organización, 9) control de métodos, 10) formalización, 11) estandarización, 12) cambio de función, 13) objetivación y 14) concentración y centralización (Peters, 1967; Simonson et al., 2019, sección Industrialización of  Teaching-Otto Peters).

Si bien algunos académicos objetaron esta posición, Saba (2003) manifiesta que es difícil imaginar la educación a distancia sin procesos industrializados, ya que, si se revisan los sistemas de este modelo, es posible identificarlos. Keegan (1980), por otra parte, señala que la adopción de algunos principios del trabajo industrializado fue la palanca que catapultó la gran cobertura y el avance de la educación a distancia a partir de la era industrial.

A diferencia de Peters, Borje Holmberg colocó al estudiante en el centro del modelo de educación a distancia. Holmberg arguyó que «el real aprendizaje es ante todo una actividad individual que es alcanzada solo a través de procesos internos» (Saba, 2013, p. 4). Tal como lo dice Saba, se implica, de manera indiscutible, al estudiante mismo como responsable del proceso de aprendizaje.

Pese al protagonismo atribuido al estudiante, el proceso de aprendizaje no puede llevarse a cabo de manera unilateral y encuentra su máxima expresión, según Holmberg, en la relación que este logra con el profesor. A esta relación se le denominó «».

Por esta razón, la propuesta de Holmberg es clasificada dentro de las teorías de comunicación, por la importancia que otorga al sentido de pertenencia y cooperación, así como al cambio que debe formularse en las preguntas que se realizan, las respuestas y argumentos que se brindan en una comunicación mediada.

Autores como Saba reclaman la ausencia de tal componente en los modelos actuales de educación a distancia, en los cuales muchas veces la tecnología y los sistemas de entrega de docencia mediante sistemas de entrega de la docencia en línea o virtuales están carentes, en muchos casos, de la guía y mediación del profesor en los procesos de comunicación (Holmberg, 1995; Saba, 2003; Simonson et al., 2019, sección Theory of Interaction and Communication- Borje Holmberg).

Siete son los principios de esta teoría:

  1. El corazón de la enseñanza está en la interacción simulada (que ocurre a través de los materiales didácticos) entre el profesor y el estudiante y que conlleva la presentación de diferentes puntos de vista, enfoques, soluciones, entre otros.
  2. Los sentimientos involucrados en los procesos de aprendizaje contribuyen al éxito y al aprendizaje con placer.
  3. El placer de aprender garantiza la motivación del estudiante.
  4. La participación en la toma de decisiones, concernientes al estudio, favorece la motivación del estudiante.
  5. Una fuerte motivación, por parte del estudiante, facilita el aprendizaje.
  6. Un tono amigable (personalizado) y el fácil acceso a los contenidos, contribuyen al placer en el proceso de aprendizaje.
  7. La efectividad de la enseñanza está demostrada por el aprendizaje de los estudiantes (Simonson et al., 2019, sección Theory of Interaction and Communication- Borje Holmberg).

En 1995, Holmberg amplió significativamente su teoría y propuso ocho adiciones para una mejor comprensión del modelo de :

  1. La educación a distancia facilita el acceso a aquellos estudiantes que prefieren este modelo a la presencialidad. Estos estudiantes son heterogéneos.
  2. La educación a distancia permite a los estudiantes no estar limitados por las decisiones tomadas por otros acerca el espacio para el aprendizaje o los horarios. Permite a los estudiantes la libertad de elección e independencia.
  3. La sociedad se beneficiada con la educación a distancia, por un lado, ofrece oportunidades para el estudio liberal y por otro, la mejora continua en el campo profesional y ocupacional.
  4. La educación a distancia es un instrumento para el aprendizaje a lo largo de la vida y el acceso y equidad en las oportunidades de aprendizaje.
  5. Todo aprendizaje referido a la adquisición del conocimiento y destrezas cognitivas, así como el aprendizaje efectivo y algunas destrezas psicomotoras pueden llevarse a cabo a través de la educación a distancia, además de propiciar los enfoques metacognitivos.
  6. La educación a distancia está basada en el aprendizaje profundo y la actividad por parte del estudiante. El aprendizaje es guiado y tiene el soporte por la comunicación mediada.
  7. La educación a distancia está abierta al , , y otros enfoques del aprendizaje. Igualmente tiene elementos propios de la industrialización, como la división del trabajo, el uso de dispositivos mecánicos, procesamiento electrónico, medios de comunicación masiva, y usualmente, cursos pre-producidos.
  8. Las relaciones personales, el estudio con placer, la empatía entre los estudiantes y los individuos que dan soporte, son aspectos esenciales en la educación a distancia. Los sentimientos de empatía y pertenencia contribuyen a la motivación de los estudiantes remotamente ubicados y favorecen el aprendizaje (Simonson et al., 2019, sección Theory of Interaction and Communication- Borje Holmberg).

En 1980, y con el fin de brindar una definición comprensiva de la educación a distancia, Desmond Keegen analizó las definiciones de educación a distancia de Holmberg, previo a su ampliación; al igual que la de Peters, Moore y la del Gobierno francés. La selección realizada por Keegan partió de varios factores: el número de citaciones que otros teóricos hacían de estas definiciones, la influencia que ejercían estas en las instituciones educativas, lo mismo que el amplio rango de instituciones que se podían definir como modelos de educación a distancia, a partir de aquellos conceptos.

Específicamente, la definición del Gobierno francés contenida en la Ley n.º  71.556 señalaba: «educación que no involucra el lugar donde se recibe, la presencia física del docente responsable de impartirla o tener tal presencia solo ocasionalmente o para ciertos ejercicios» (Keegan, 1980, p. 6); y si bien Keegan opina que es demasiado amplia para ser válida en modelos a distancia, distingue la separación física entre el profesor y las posibilidades de encuentros ocasionales. En el caso de Holmberg, Keegan observó no solo la separación física; igualmente, la comunicación no contigua y mediada, y la supervisión inmediata por parte de la estructura funcional de las instituciones educativas.

Keegan (1980) identifica seis elementos que diferencian la educación a distancia:

  1. La separación de profesores y estudiantes, lo cual le distingue de la educación cara a cara o presencial.
  2. La influencia de una organización educativa, lo que le desmarca de un estudio individual o en solitario sin soporte organizacional.
  3. El uso de medios técnicos, usualmente impresos, que les permiten al estudiante y al profesor trabajar con los contenidos.
  4. El empleo de dos vías de comunicación por las que el estudiante pueda beneficiarse e incluso iniciar el diálogo.
  5. La posibilidad ocasional de reunirse con propósitos tanto didácticos como sociales.
  6. La participación en una forma industrializada de educación.

Más tarde, Garrison y Shale (citados por Simonson et al., 2019) manifiestan que la definición de Keegan podría no ser del todo acertada pues el rápido avance tecnológico ofrece más posibilidades que las vislumbradas en su posición. Por lo tanto, señalan tres criterios que definen la educación a distancia:

  1. La mayor parte de la comunicación entre los actores del proceso, profesor y estudiantes ocurre de manera .
  2. Principalmente, las comunicaciones ocurren en dos vías, entre estudiantes y profesor, con el propósito de brindar apoyo en el proceso educativo.
  3. Se usan tecnologías para mediar la comunicación en dos vías.

Otra de las críticas de las definiciones tradicionales de educación a distancia que hace Garrison (2009) es que los conceptos de Moore, Holmberg y Peters se basan en el estudio independiente y el autoaprendizaje. Para Garrison, las exponen la necesidad de revisar la validez de la independencia y autoaprendizaje, dado que la experiencia de comunicación de doble vía no es coherente con dicho principio. Una de las ventajas que atribuye este autor a ese tipo de comunicación es, precisamente, la posibilidad de negociar objetivos y actividades, lo mismo que validar el conocimiento por medio de la comunicación con los pares  y con la persona docente.

Según el estudio de Garrison y Arbaugh (citado por Garrison, 2009), la evidencia señala que los procesos de soporte y retroalimentación por parte del profesor en entornos en línea, devenidos estos de una comunidad de aprendizaje organizada, proveen más altos niveles de satisfacción y una mejor percepción del aprendizaje por parte del estudiante. En este mismo sentido, Evans y Nation (citados por Garrison, 2009) han criticado los paradigmas de educación a distancia, a los cuales señalan como «alienantes», puesto que no reconocen el potencial de la interacción y el diálogo como factores determinantes en los procesos de .

Aunado a esta crítica contra la definición de Keegan, algunos puristas de los modelos a distancia no están del todo convencidos de que sea necesaria la «quasi presencialidad» como también es llamado el punto 5 de la definición comprensiva de Keegan; y en épocas en que los medios de están tan adoptados por las sociedades, sería muy interesante investigar qué podemos entender por presencialidad y «quasi presencialidad», dado que muchas veces se abusa de estos medios para hacer a los estudiantes dependientes totalmente de las explicaciones de la persona docente, mediante la obligatoriedad de las tutorías virtuales.

En 1989, Grenville Rumble señaló dos características relevantes de la educación a distancia:

  • La educación a distancia es un método de educación en el cual el estudiante está separado físicamente del profesor. Y puede combinarse este método con la educación cara a cara.
  • Tanto el profesor como el estudiante requieren un «contrato» sobre lo que debe ser enseñado, evaluado, guiado, complementado con la comunicación de doble vía (Simonson et al., sección Related Terms, 2019).

En la definición de Rumble, hay un elemento que muchas veces se referenció en la UNED: el contrato o convenio, posiblemente por la misma influencia que este investigador ejerció en la universidad al ser un amigo cercano desde su creación. Siempre se ha dicho que las , que se entregan al estudiante, deben especificar el compromiso como universidad, y que todo el diseño de asignatura o curso debe reflejarlo. Obsérvese que quizás en muchas definiciones este detalle no fue considerado; pero es una realidad que en el modelo a distancia el camino por seguir debe ser claro desde el inicio de la oferta académica, con el fin de que el estudiantado no se sienta solo o desorientado. Ello es posible de evitar gracias a las orientaciones académicas o el programa de asignatura, siempre que sean explícitas y completas.

Otros autores han continuado exponiendo diferentes teorías de la educación a distancia y sus características, sobre todo en tiempos en los cuales los factores económicos y sociales presionan a los sistemas de educación superior para brindar propuestas alternativas y que ofrezcan más cobertura. Tal es el caso de Edwards (citado por Simonson et al., 2019), quien establece una notable diferencia entre educación a distancia y aprendizaje abierto: enfatiza que este último enfoque se halla más direccionado a necesidades y poblaciones específicas, al brindar ofertas más locales y que pueden ocurrir de manera informal.

En resumen, si bien se han propuesto múltiples definiciones de educación a distancia, es posible distinguir en ellas al menos estos elementos:

  1. La separación geográfica entre el estudiante y el profesor, la cual no es sinónimo de distanciamiento relacional o psicológica entre los actores del proceso educativo, dado que como lo indica Holmberg, las emociones y el sentido de pertenencia son indispensables para la motivación para aprender.
  2. La influencia de una organización educativa que procura, como el caso de la UNED, señalar los fundamentos sobre los que descansa su quehacer y que brinda todo el soporte logístico y administrativo para cumplir su misión y razón de ser. Esta institución establece un compromiso explícito con el estudiante y guía todo su quehacer para cumplirlo.
  3. El uso de medios tecnológicos que favorecen la y , y cuyo papel se centra en servir de plataforma para la relación entre los diversos elementos del currículum.

Pese a que esta definición es operacional, hay elementos pedagógicos y psicológicos implicados, sobre todo en el modelo de la UNED, por los cuales la propuesta debe considerar, entre otros:

  1. El desarrollo de la autogestión, la autonomía y la responsabilidad en el proceso de aprendizaje por parte del estudiante.
  2. Los espacios para la comunicación de colectivos que permitan el intercambio de información y de aprendizajes, así como la negociación de objetivos, rutas y sobre todo la construcción colectiva del aprendizaje.
  3. La construcción del conocimiento y el desarrollo del pensamiento a partir de delegar en el estudiante la responsabilidad de su proceso; dado que está en su espacio, alejado de la institución educativa y del profesor, es quien toma decisiones de organización, tiempo y espacio de estudio.
  4. La contextualización y aplicación del conocimiento en contextos reales y auténticos, lo que hace significativo el aprendizaje.

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