Mediación pedagógica en entornos virtuales

Papel del estudiantado, profesorado y materiales didácticos en la mediación pedagógica

Xinia María Calvo Cruz y Natalia Salas Quirós

Hoy más que antes, la teoría educativa atribuye al estudiantado protagonismo en el proceso de proceso de aprendizaje, en detrimento del rol de receptor; sin embargo, en el caso del modelo de educación a distancia, tal protagonismo está dado desde sus bases epistemológicas, lo cual incide en las funciones del rol de la persona docente; los procesos de planificación y gestión académica le atribuyen un papel esencial en el proceso de mediación pedagógica. Entonces, asumiendo las palabras de García (2014),  «la y de las instituciones educativas depende en gran parte de la formación, capacidades y actitudes de los docentes» (p. 45).

Hay que señalar que las funciones del docente varían en las instituciones a distancia. En el modelo a distancia, el docente no asume un papel de transmisor de conocimiento, sino es un facilitador; por lo tanto, asume diversas acciones desde los roles que le son asignados. Ahora bien, en adelante se detallan esos roles que tiene en el proceso de mediación pedagógica y, por ende, en relación con el estudiantado; finalmente, se hace referencia a su responsabilidad en torno a la selección de los medios y para el proceso de aprendizaje.

Rol diagnóstico: su acción debe girar en torno a los conocimientos previos del estudiantado acerca de la temática en estudio como base para planificar y gestionar la mediación pedagógica; por consiguiente, no es una preocupación inicial del proceso. Ese rol diagnóstico estará implícito en el proceso mismo y no en los procesos iniciales, como suele pensarse. Al docente le corresponde estar en constante indagación de lo que se ha logrado del proceso y de lo que falta, según los objetivos de aprendizaje planificados. En esa indagación constante se entreteje su rol de retroalimentación, lo que le permite sentirse intermediario entre los estudiantes y la construcción del conocimiento.

Rol formativo-formador: el rol formativo recae directamente en el profesor por medio de la retroalimentación; y el formador recae en el estudiantado, en tanto corresponde a este la y la con respecto a los resultados de aprendizaje del proceso de construcción del conocimiento.

En lo referente al rol formativo, le corresponde al profesor:

  • Determinar por actividad del estudiante el número de entregas que permitirán al estudiantado la oportunidad de reconocer sus errores, debilidades y aciertos para el logro del aprendizaje propuesto.
  • Desde la mediación pedagógica, debe tender a la escogencia de técnicas y estrategias que propicien espacios de diálogo didáctico entre el profesor y estudiantes y entre estudiantes y sus iguales.
  • Debe recurrir al , con el fin de propiciar espacios de trabajo conjunto e interacción entre el profesor y estudiantes y entre estudiantes y sus iguales.
  • La evaluación entre pares, el trabajo colaborador y la construcción conjunta de conocimiento deben ser parte de la función reguladora.

Con respecto al rol formador, aunque corresponde al estudiantado, el profesorado debe propiciar para generar la respuesta esperada; en este sentido, existe un rol en doble vía, por el cual el profesorado propone en espera de la respuesta. Para ello, se debe:

  • Considerar los procesos de autoevaluación que se pueden llevar a cabo desde el proceso de la mediación pedagógica.
  • Proponer constantes actividades para que el estudiantado tenga la posibilidad de que reflexione acerca de lo que sabe, lo que ha aprendido, lo que le falta aprender y cómo lo ha aprendido.
  • En la mediación pedagógica, tender a la escogencia de técnicas y estrategias que permitan concretar la evaluación formadora.

En los roles formativo y formador destaca el papel de la retroalimentación como eje de la mediación pedagógica, en tanto este direccionará el proceso de construcción de conocimiento entre los actores. Acerca del tema, Salas (2016) indica:

La retroalimentación en sí es un proceso de intercambio de información entre docente-estudiante, estudiante-docente, estudiante-sus pares, estudiante-materiales didácticos; es decir, requiere de [sic] un papel mucho más activo del estudiantado como protagonista de su proceso de aprendizaje; así como el replanteamiento del rol de la docencia sobre todo tomando en cuenta si se realiza desde un modelo de educación a distancia, donde interviene el diálogo didáctico simulado y el diálogo didáctico o el anacrónico.

No cabe acá una persona docente que pretenda transmitir contenido. En este punto, se considera importante retomar lo relacionado con los medios, y recursos educativos en la docencia. Estos ofrecerán la oportunidad de mediar, de facilitar procesos de comunicación entre el estudiantado y su persona o entre iguales; subyacen muchos escenarios de construcción social y académico, estando en presencia de diálogos , , simulado, real, unidireccional, multidireccional, estructurado, vertical y otras tantas relaciones probables que se desencadenen. Se busca, más que la construcción, la co-construcción y la gestión del trabajo entre iguales, que trascienda el trabajo grupal y la cooperación, y que alcance la colaboración.

Sobre este último punto, es crucial tener presente la diferencia entre , y , en procura de utilizar el que sea pertinente para el objetivo que se persigue. Gros (2011), citado por García (2014), realiza una diferencia entre trabajo en grupos, cooperativo y colaborativo. Es preciso detenerse a distinguir diferencias para no cometer el error de asumirse como sinónimos (Tabla 4.2):

Tabla 4.2
Diferencias entre el trabajo en grupo, cooperativo y colaborativo

                                              Clasificación

Criterios

T. en grupo T. Cooperativo T. Colaborativo
Interdependencia No existe Positiva Positiva
Responsabilidad Distribuida Distribuida Compartida
Liderazgo Profesor Profesor Compartido
Responsabilidad en el aprendizaje Individual Individual Compartida
Habilidades interpersonales Se presuponen Se presuponen Se enseñan
Rol del profesor Escasa intervención Escasa intervención Observa y realimenta el desarrollo de la tarea
Desarrollo de la tarea Importa el producto Importa el producto Importa el proceso y el producto

Fuente: García, L. (2014). Bases, mediaciones y futuro de la educación a distancia en la sociedad digital (p.180).

Sobre el trabajo colaborativo, comúnmente se piensa que se destina al accionar entre pares; sin embargo, es básico considerar al docente, a los materiales didácticos utilizados y a todos y cada uno de los elementos que conciernen al contexto mismo del proceso de aprender; todo en sinergia para obtener metas comunes, lograr establecer interacción, comunicación y construcción.

Ahora bien, con respecto al rol de la persona docente con los medios y materiales didácticos, se indica la necesidad de considerar los medios y materiales didácticos en función del proceso de comunicación que se establece para la mediación pedagógica. Sobre este particular, García (2009, p. 36) considera importante el diseño de la docencia, pues desde ahí se toman decisiones sobre los medios o materiales didácticos por considerar, así como se determina el papel que asumirán dentro del proceso de aprendizaje.

Los medios, materiales didácticos y recursos educativos deben potencializar la comunicación entre la persona docente y el estudiantado, lo mismo que entre iguales, ya que la idea es lograr recrear de alguna forma un diálogo que permita responder interrogantes propias del proceso de aprender.

Barberà (2001), Garrison y Anderson (2005), Holmberg (1995) y otros muchos estudiosos consideran la comunicación como núcleo del proceso de enseñanza-aprendizaje a distancia; de ahí el potencial que deben generar los medios y materiales didácticos para lograr que se concrete la mediación necesaria; en este punto, indiscutiblemente, la tecnología tiene una responsabilidad importante. Sobre este particular, Fainholc (1999) aporta:

Si la interactividad pedagógica supone potenciar la comunicación y ello significa hacer partícipe y protagonista al otro de lo que cada cultura especifica como valioso de lo que se tiene, piensa o siente, la elaboración de situaciones didácticas y la producción de material educativo para estos sistemas mediatizados deberá posibilitar cada vez más el intercambio multidireccional de significados, si se trata de favorecer la (re-)construcción autónoma del saber (p. 82).

En este sentido, la misma autora (1999) agrega:

todos los soportes y servicios de apoyo en las situaciones de educación a distancia brindarán los contextos para que en la relación de intercambio se generen y, así, potencien los emergentes característicos de resignificación-recreación-contestación de los procesos de interactividad entre los sujetos y los objetos de conocimiento, mediados por los recursos y materiales didácticos y las acciones tutoriales (p. 45).

Finalmente, indica que el «acto didáctico en el proceso educativo a distancia, significa mediar y orientar, representar, comprender y resignificar o crear» (p. 46).

Como parte del proceso de aprendizaje, la persona docente debe asumir un rol que, si bien no debe ser un fin en sí mismo, si es requerido para la promoción del estudiantado, este se refiere a la necesidad de asignar un número al proceso de aprendizaje. En este sentido, le corresponde a la persona docente planificar actividades de carácter sumativo mediante las cuales se evidencian los resultados de aprendizaje.

En la UNED, hay a disposición cuatro grupos de actividades evaluativas que se agrupan por el hecho de que comparten el mismo objeto de evaluación y nivel de dominio, entendido este último como el nivel de asimilación que se espera producto del proceso de formación (reproductivo, productivo o creativo). Pero difieren en cuanto al ; o sea, el nivel de conocimiento en que se evidencia el desempeño esperado (conocimiento, comprensión y aplicación, entre otros). Cada grupo dispone de variadas actividades evaluativas asociadas para tener ante la necesidad de escoger.

Le corresponde al rol docente:

  • Seleccionar las actividades evaluativas que asumirá la asignatura en respuesta al objetivo de aprendizaje para cada oferta de la asignatura.
  • Seleccionar estrategias y técnicas que se van a utilizar y citar el uso de los que se requiere para cada evaluativa.
  • De acuerdo con la naturaleza de la asignatura, la modalidad y el número de estudiantes matriculados, se debe optar por formas evaluativas que respondan a la y alternativa (diferentes a la prueba escrita).

Sin lugar a duda, la mediación pedagógica en la educación a distancia con soporte digital toma, actualmente, variedad de matices que invitan a los actores del proceso de aprendizaje a vencer retos y superar desafíos que la educación superior impone. Hoy se desdibujan roles, funciones y distancias porque cada vez son más los puentes que se crean para interactuar con el objeto de conocimiento mediante la información, la comunicación y la construcción como fin último del proceso.

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