El problema del plagio

La Dra. Sheila Pereira comparte la siguiente historia:

"...En una ocasión, una amiga mía, profesora universitaria, les pidió a sus alumnos un trabajo con el tema "Actividades físicas para personas con discapacidades físicas". Como es de costumbre, recibió muchos trabajos buenos pero uno de ellos le despertó la atención. Era un trabajo muy extenso, conteniendo cerca de cien hojas, con una organización estupenda y que, a la primera impresión, debería sacar un diez. Mi amiga empezó, muy contenta, a presentarlo a nosotros, sus colegas profesores, cuando uno percibió que en la relación de tópicos, los alumnos mencionaban, además de las discapacidades físicas, las discapacidades mentales.

Entonces, nos preguntamos a nosotros: ¿Cómo, con un tiempo tan pequeño para hacer el trabajo, el grupo consiguió organizarse y presentar una obra tan completa?

Examinando con más cuidado, percibimos que había una hoja de agradecimientos con nombres de personas que no conocíamos y, además, una dirección electrónica. Resolvimos ir a tal dirección y constatamos que los alumnos tenían bajado de esta dirección un libro completo. El trabajo que merecía sacar un diez no era nada más que un libro cuyo autor lo publicó en Internet y que los alumnos hicieron la impresión sin ni siquiera sacar las partes que no interesaban al tema dado por la profesora, así como la misma hoja de agradecimientos del propio autor.

No creo que sea necesario describir nuestro espanto con este procedimiento de los alumnos y del problema que resultó para nosotros pensar una forma de no permitir que acciones de esta naturaleza volviesen a ocurrir."

La infinidad de contenidos que se consiguen en Internet y la facilidad que tiene un alumno de acceder a ellos, sumado al uso de útiles herramientas como el famoso copiar y pegar (copy-paste), hacen que el plagio sea un delito muy común en los estudiantes de hoy en día.

Antiguamente, para hacer una tesis, investigación o un simple reporte escolar, el alumno debía esforzarse en la búsqueda de bibliografía. Sin embargo, acudir a las bibliotecas ya no es una práctica común en estudiantes que tienen acceso a Internet.

Sin duda es fácil para un estudiante, en esa gran biblioteca universal que es Internet y con la ayuda de un motor de búsqueda, encontrar un texto que corresponda a un trabajo asignado. También hay sitios de Red como Research Papers Online, Research Assistance y Research Papers (en inglés) que venden trabajos universitarios ya escritos, así como trabajos escritos sobre pedido. Los plagiarios tienen acceso a cientos de escritos clasificados en categorías.

Cada día son más los casos de plagio de textos en Internet. Por esta razón, se han desarrollado plataformas tecnológicas que ayudan al profesor a comprobar si un texto ha sido plagiado. Ejemplos de este tipo de recursos son sitios como www.plagiarism.org y www.canexus.com, que funcionan como una especie de detector de plagios.

En idioma inglés, por ejemplo, existe un sitio llamado www.turnitin.com, que contiene más de 500 mil escritos académicos y que, a cambio de una cierta suma, compara el documento sometido con los que figuran en su base de datos y con aquellos disponibles en la Red; y, a partir de ellos, produce un "informe de similitud" que indica las fuentes plagiadas.

Como vemos, la gran mayoría de las herramientas antiplagio están hechas para el habla inglesa; sin embargo, existen algunas conocidas técnicas que el profesor puede implementar para prevenir el delito del plagio. De la misma forma que el alumno utiliza un buscador para obtener su información, el profesor que sospecha que un estudiante ha cometido un plagio, sólo tiene que efectuar una búsqueda a partir de frases exactas tomadas del texto

Vacuna contra el plagio en Internet[1]

"Lo más importante para la prevención del plagio por parte de los profesores es que ellos estén familiarizados con el uso de Internet. De esta manera, los profesores pueden utilizar los buscadores y las mismas herramientas utilizadas por sus alumnos y verificar así la presencia de un plagio.

Sin embargo, la manera como los profesores asignan la tarea puede ser una vía de prevención. No es lo mismo solicitar una monografía sobre los viajes de Colón, que pedirle al estudiante que escriba, en forma de diario de viaje, las experiencias de Colón en su travesía por América.

Algunas otras ideas que le pueden servir son:

Requerir siempre la bibliografía.

Solicitar al alumno diversos tipos de fuentes. Esto hace que el alumno no solo se limite a Internet sino que acuda a las enciclopedias tradicionales y al uso de las bibliotecas físicas.

Pedir al alumno que incluya una copia de las fuentes.

 

[1] Vacuna contra el plagio en la Internet. Terra.com. 16 de febrero 2002. <http://www.terra.com.ve/educacion/articulo/articulo.cfm?ID=EDU1227>

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