La educación a distancia es una modalidad de educación en la cual hay una separación física entre docentes y estudiantes, debido a razones geográficas, económicas, sociales, etc., por lo que la comunicación entre estos es mediada y no inmediata y sincrónica, como sí sucede en la educación presencial. Lo anterior significa que la relación pedagógica se da a través de diferentes medios, materiales y recursos didácticos los cuales posibilitan la comunicación bi o multidireccional. Para Mena (2000), citado por Solari y Monge (2004), esta modalidad:

Constituye un proceso sistemático; esto significa que está estructurado a través de una secuencia ordenada y organizada para lograr los objetivos propuestos, además está destinado a una población geográficamente dispersa; lo que significa que puede interactuar con un gran número de personas y/o instituciones a la vez, sin la necesidad de que ellas compartan un mismo lugar o recinto físico. Por otro lado se realiza a través de una comunicación no presencial; esto implica que la interacción con los destinatarios no será presencial sino mediatizada a través de diversos medios, utilizando racionalmente las posibilidades de la tecnología comunicacional. (p.3)

Precisamente, es a través de los diversos medios que se logra establecer un sistema de educación en el que, a pesar de las distancias físicas, hay un acercamiento real entre docentes y estudiantes. Esto nos permite hablar de una educación a distancia sin distancia, puesto que el énfasis está puesto en la comunicación, ya sea sincrónica o asincrónica, entre docentes y estudiantes, y de estos entre sí.

Por otro lado, Solari y Monge (2004) mencionan también que en esta modalidad es de suma importancia lograr la autonomía por parte del estudiantado en su propio proceso de aprendizaje; autonomía que se desarrolla -en buena teoría- a partir de la flexibilidad en cuanto al manejo de los tiempos por parte de la población estudiantil, la ausencia del requisito de asistencia periódica a clase y la posibilidad de seguir los estudios desde cualquier lugar. Con la potenciación de la autonomía, se alcanza el autocontrol, el cual conlleva al logro del autoaprendizaje. Tales procesos se constituyen en premisas de la educación a distancia y son, al mismo tiempo, principios fundamentales del modelo pedagógico de la UNED.

Si quiere conocer un poco más sobre el concepto de educación a distancia, definido por diversos teóricos de la materia, le invitamos a observar la siguiente presentación en Prezi, elaborada por Gloria Paredes: “Teóricos de la educación a distancia”.

Uno de los autores que más ha escrito sobre el tema de la educación a distancia es Lorenzo García Aretio, quien será nuestro punto de referencia para este subapartado. En su artículo “Fundamentos y componentes de la educación a distancia”, él hace un repaso por algunas de las teorías que sustentan esta modalidad y luego, con base en las anteriores, plantea su propia propuesta. Más adelante, hace referencia a los componentes de la educación a distancia que estudiaremos también posteriormente.

Entonces, “la propuesta teórica integradora” de García Aretio –así le llama él- parte de una visión de la educación a distancia en la cual hay

un diálogo didáctico (comunicación didáctica) de doble vía entre dos entes separados físicamente uno de otro, sea en el espacio, en el tiempo o en ambos a la vez, y establecido a través de unos medios conformados por materiales preproducidos y por unas vías de comunicación síncronas o asíncronas. (García Aretio, s.f., p. 31)

Con base en este punto de vista, el autor nos expone los tipos de diálogo que existen y se pueden dar en esta modalidad, los cuales son los siguientes:

1. Diálogo simulado: como ya se mencionó, en la modalidad a distancia, la comunicación entre el equipo docente y el grupo de estudiantes se da de manera mediada; es decir, a través de los distintos materiales (impresos, audiovisuales, digitales, etc.) en los cuales se almacenan los contenidos que luego serán utilizados por cada estudiante para construir conocimientos. Este diálogo es simulado porque no es directo, pero también decimos que es asíncrono porque no hay coincidencia entre el tiempo de producción del mensaje educativo y la recepción de este.
2. El diálogo real: García Aretio (s.f.) menciona que el diálogo simulado mediante los materiales didácticos no basta: hace falta disponer de canales de comunicación que permitan un diálogo real entre estudiantes y profesores el cual permita no solo que el estudiante responda a los cuestionamientos de los docentes, sino también plantear preguntas. El elemento principal de este tipo de diálogo son las tutorías que pueden ser sincrónicas (tutorías presenciales, consultas telefónicas, videoconferencias, entre otros) o asincrónicas (mediante los cursos en línea, correo postal, etc.).

En fin, la teoría del diálogo didáctico mediado, basa su propuesta en el diálogo a través de los medios que, cuando se trata de los materiales, descansa en el autoestudio, y cuando se trata de las vías de comunicación, en el refuerzo que desde la institución, a través de la tutoría se hace para el logro de los objetivos de aprendizaje. (García Aretio, s.f., p. 32)

Ahora bien, en cuanto a los componentes, este autor establece que hay cuatro principales: estudiante, docente, comunicación a través de los materiales y estructura organizativa y de gestión. Ahora veremos cada uno en el siguiente cuadro resumen:

En este subapartado nos tomamos un tiempo para estudiar el sistema de educación a distancia, de manera que pudiéramos comprender un poco más sobre la naturaleza y las características tan particulares que tiene nuestra institución. Antes de continuar con el siguiente tema, le proponemos observar el siguiente video en el que le presentamos siete aspectos particulares que tiene esta modalidad de educación, de acuerdo con la propuesta de García Aretio (s.f.).

Ahora que observó el video, en la siguiente y última parte, le presentaremos ejemplos de algunas universidades que también trabajan con el modelo a distancia.

Como acabamos de decir, nuestra universidad no es única en su especie: existen otras universidades que también trabajan de acuerdo a esta modalidad. Justamente, hay dos que inspiraron la creación de la UNED y que, de alguna manera, sirvieron de modelo para nosotros: la UNED de España y la Open University de Gran Bretaña. Pero este tipo de instituciones no se limitan al ámbito europeo. En Latinoamérica y el Caribe también hay un número importante de instituciones que trabajan a distancia; por ejemplo, la Universidad Austral en Argentina, la Pontificia Universidad Católica de Chile, entre otras.

A continuación, presentamos algunos enlaces de ejemplos de instituciones educativas a distancia para que pueda explorar sus sitios web y enterarse un poco más de cómo funcionan:

El siguiente enlace corresponde al sitio web del Instituto Latinoamericano y del Caribe de Calidad en Educación Superior a Distancia, el cual tiene como propósito contribuir con el mejoramiento de la calidad en las instituciones de esta región. En el sitio, se incluye una lista de universidades de educación a distancia, la cual pueden consultar.