En cualquier proceso que se desarrolle, e involucre la participación de personas, es recomendable construir una evaluación de la actividades, ya que de esta forma se aprecian aciertos y desaciertos,
oportunidades de mejora y detalles que se pueden ir agregando para corregir y mejorar en el futuro.
La evaluación es una etapa que tiene que preverse; no debe ser percibida como un instrumento para castigar o menospreciar la labor realizada, sino, más bien, como un instrumento de ayuda, de construcción y de mejora continua.
Dentro de los aspectos por considerar están:
- Construir un instrumento de evaluación: herramienta mediante la cual se colocan todas las actividades que se realizaron en la acampada.
- Destacar el trabajo realizado: parte de lo que se pretende con una etapa evaluativa es valorar y recalcar el trabajo realizado por los organizadores del campamento, los campistas y quienes acompañaron el proceso.
- Consumación de los objetivos: se realiza una evaluación para conocer el cumplimiento de los objetivos; es decir, si lo propuesto en un inicio se cumplió todo o en parte.
- Sugerencias o recomendaciones: esta es una etapa necesaria en cualquier proceso. Si se está generando una etapa de evaluación,
es recomendable que las personas tengan la libertad de aportar sugerencias, recomendaciones y temas de mejora.
- Evaluación grupal: se debe entender y tener presente que todos los participantes en el campamento tienen derecho a evaluarlo. No hay preferencias; todos deben participar en esta actividad, ya que de esta forma se obtendrá una visión real de las preferencias y los gustos de los campistas.