Una cuerda (soga) corresponde a un conjunto de hilos o hebras retorcidas, de fibras naturales o sintéticas, con cierto largo, diámetro y resistencia; son utilizadas para suspender, levantar, arrastrar, cargar, asegurar, ascender y descender. Son empleadas por las personas para diversas actividades o fines; en montañismo, alpinismo, senderismo, campismo, pionerismo, espeleología, entre otras actividades.
Desde su origen se usaban las cuerdas enrolladas o retorcidas; luego, con la aparición de las fibras sintéticas, se produjeron las cuerdas trenzadas; y, con el auge de los deportes extremos y de montaña, se crearon las cuerdas para el aire libre.
Es la forma o estructura más común de una cuerda. La mayoría de las cuerdas retorcidas consiste en tres fibras, hebras o hilos que se enrollan para aumentar la fortaleza y la resistencia; existen, sin embargo, versiones con más cantidad de fibras enrolladas.
Corresponde a un grupo de fibras, hilos o hebras que al unirse forman una trenza. La mitad de la trenza se enrolla en una dirección y la otra mitad en la dirección opuesta.
La estructura se compone por dos partes: la camisa, funda o coraza (parte externa) y el alma (parte interna). Estas cuerdas se elaboran con base en materiales sintéticos, para que resistan condiciones climáticas y de uso.
Las cuerdas se clasifican según su material (natural o sintético), elasticidad (estática, dinámica y semidinámica) y grosor (determinado por el tipo de actividad)
Se clasifican en cuerdas de tipo natural (cáñamo, cabuya, henequén manila, algodón y sisal, entre otras) y cuerdas de tipo sintético (nailon, poliéster, dracón, polipropileno, kevlar, polietileno y perlón, entre otras).
De acuerdo a su elongación, las cuerdas se clasifican en estática (elongación cerca de 2%), dinámica (elongación cerca de 17-21%) y semidinámica.