Introducción

Todos los seres vivos dependemos de un flujo constante de energía para mantener la vida. Dicho flujo se obtiene en los animales por medio de la ingesta de comida, la cual sufre una transformación desde el momento que ingresa al cuerpo hasta que sale. El sistema digestivo es el que se encarga de este proceso logrando extraer y absorber los nutrientes del alimento ingerido y excretar lo desechable.

El proceso digestivo ocurre en todos los animales en varias etapas, sin embargo, el sistema digestivo presenta diferencias: primero, inicia su función desde la toma del alimento por la boca o ingestión; segundo, desintegra la comida en pequeñas unidades o digestión; tercero, transporta esas pequeñas unidades al flujo sanguíneo o absorción; cuarto, convierte esas pequeñas unidades en energía o metabolismo; y, finalmente, remueve el material no digerible o excreción.