A mediados del siglo XVII se realizaban grandes esfuerzos por plasmar en el terreno científico el racismo doctrinario. En esa línea de pensamiento se encuentra François Bernier (1620-1688), quien propone aplicar el término raza para clasificar a los seres humanos, basándose en sus características fenotípicas.
Dividió a la humanidad en cuatro razas, los cuáles eran en realidad especies diferentes. Combinó los rasgos fenotípicos y el espacio geográfico para elaborar su teoría. De ese modo, existe primero la raza de los europeos, norafricanos, persas, árabes y la gente de la India. La segunda raza incluye a los africanos subsaharianos; la tercera a los asiáticos amarillos; y la cuarta a los lapones (pueblo indígena del norte de Europa). Curiosamente, incluyó a los indígenas de América en la primera raza.
El racismo científico, formulado por François Bernier (1620-1688), dividió a la humanidad en cuatro razas, los cuales eran en realidad especies diferentes, para esto combinó los rasgos fenotípicos y el espacio geográfico.
Por supuesto que la clasificación de Bernier no fue sostenible, pero el racismo científico siempre partió apriorísticamente de una idea conclusiva, a la que se le busca o falsifica sustento, y no de una hipótesis por probar o rechazar.
Otro de los creadores del racismo científico fue el alemán Johann Friedrich Blumenbach (1752-1840), reconocido como el creador de la Antropología Física. Este autor consideró que toda la humanidad tenía un mismo origen, pero que se diversificó al paso de los siglos. Con tal criterio, distinguió cinco grupos: caucásicos, mongoloides, malayos, americanos, y etíopes. Muy en concordancia con Linneo, asignaba diferentes características psicológicas a cada grupo. Para fundamentar su tesis, se valió de la Anatomía Comparada.
Johann Friedrich Blumenbach (1752-1840), reconocido como el creador de la Antropología Física, consideró que toda la humanidad tenía un mismo origen, pero que se diversificó al paso de los siglos. Por esto, distinguió cinco grupos: caucásicos, mongoloides, malayos, americanos, y etíopes.
Otro estudioso, Pieter Camper (1722-1789), médico holandés, propuso una forma de distinguir las razas a partir del ángulo facial. Estudió al orangután, a los rinocerontes y a las ballenas, y luego a los seres humanos de diferentes razas. Elaboró entonces la ciencia de la Cranografía. Utilizó instrumentos para sus mediciones y llegó a la conclusión de que las personas negras tenían un ángulo facial diferente y menos capacidad craneal, lo cual los hacía, desde luego, menos inteligentes que los europeos. No obstante, lo dicho, Camper era monoteísta y por ello no llegó a sacar a los pueblos negros de la especie humana y, además, curiosamente, rechazaba la esclavitud.
Pieter Camper (1722-1789), médico holandés, creó la Cranografía. Utilizó instrumentos para medir los cráneos de la gente y llegó a la conclusión de que las personas negras tenían un ángulo facial diferente y menos capacidad craneal, lo cual los hacía, desde luego, menos inteligentes que los europeos.
Ya para 1810 el profesor alemán Bartold Niebuhr introdujo el concepto de raza como uno de los más importantes factores de la historia. Sus lecciones en la Universidad de Göttingen, precisamente, se basaban en ese postulado. El concepto de raza, con su sesgo de etnicidad, había alcanzado ya un asiento formal en la academia, y se consolidaban las bases teóricas de lo que sería el racismo en el régimen nazi.