Reflexión de entrada
¿Por qué podría afirmarse que los seres humanos construimos la realidad que vivimos?
Definición y proponentes
Es posible que se tienda a utilizar con un similar sentido conceptos como constructivismo y construccionismo. Aunque, por otra parte, es posible también identificar significativas diferencias epistemológicas entre uno y otro si se trata de mirar desde ellos el aprendizaje humano.
Ambos conceptos son parte de un extenso horizonte de alternativas que es posible encontrar para enriquecer la mediación pedagógica; sin embargo, lo cierto es que el común denominador epistemológico es el constructivismo, el cual se enfoca como una orientación psicológica (social o individual) del aprendizaje, mientras que el construccionismo en la línea de un autor como Seymour Papert, ofrece un acercamiento tecnológico a esa perspectiva del aprendizaje.
Las líneas divisorias no son siempre nítidas, lo cual ha implicado que la noción de construccionismo o la de constructivismo se emplee en las ciencias sociales para referirse a enfoques de tipo antropológico y sociológico, por ejemplo, en el construccionismo social de autores como Kenneth Gergen o Edgar Morin, o la antropología filosófica de Gastón Bachelard, o teorías de la personalidad y la comunicación como las desarrolladas por Paul Watzlawick.
Así, tanto el constructivismo como el construccionismo presentan diferentes exponentes, períodos históricos, énfasis en unos u otros elementos y en algunos casos difieren en ciertos aspectos de su implementación dentro de la mediación pedagógica. Por ejemplo, en el constructivismo es posible citar algunas de las siguientes denominaciones: constructivismo social, constructivismo antropológico dialéctico, constructivismo radical filosófico, entre otros. Mientras que en el construccionismo están el teórico, el práctico, el colectivo y el simbólico.
Pero en el ámbito de la pedagogía, el constructivismo se ha entendido de manera más general como un gran marco epistémico cuyos principios establecen la actividad del ser humano en el aprendizaje de realidades significativamente experimentadas. Así, el conocimiento consiste en un proceso psicológico y social modelador de la realidad que a su vez influye en la conducta del individuo, aunque, conviene decirlo, lo psicológico individual o lo psicosocial tendrían mayor o menor peso dependiendo del autor cuya perspectiva se asuma como más explicativa: por ejemplo, para un precursor como Piaget, el conocimiento se elabora desde lo individual ligado a las percepciones, experiencias y estructura mental del individuo cuya madurez se alcanza conforme se desarrolla el individuo, mientras que en la línea perfilada por Vigotsky, la balanza se inclina hacia el intercambio entre individuos que comparten un espacio social y los saltos cualitativos que implica esa constante interacción mediada por el lenguaje.
Entonces, si se delimita como marco epistemológico con implicaciones pedagógicas, el constructivismo está centrado en el sujeto más que en el objeto, pues concibe que ella, partiendo de las experiencias previas, construye nuevos conocimientos respecto a un objeto, siempre y cuando se trate de algo significativo. Surgió a mediados del siglo XX con las contribuciones teóricos de investigadores de disciplinas diversas como la Biología, la Psicología y la Cibernética. Y se reconoce como una corriente de pensamiento en la cual el conocimiento no es una reproducción “exacta” de la realidad, sino una construcción elaborada desde lo individual o desde lo social, con el concurso de los conocimientos previos adquiridos por la experiencia y en su relación con el medio que la rodea.
Por otra parte, el construccionismo circunscrito a una teoría del aprendizaje cuyas repercusiones en la educación se dieron de la mano de Seymour Papert, se fundamenta en las contribuciones del constructivismo psicológico de Piaget y en parte de una perspectiva social derivada de la pedagogía de Paulo Freire, en donde se plantea que el aprendizaje es fruto de la acción transformadora del sujeto sobre el objeto, siendo la persona que aprende protagonista principal en virtud de su natural disposición para aprender experimentando y realizando proyectos. De ahí que se debe coadyuvar a la persona estudiante a desarrollarse de forma activa, facilitando el acceso a las tecnologías que permitirán el pleno desarrollo de esa actividad.