Premiar la intervención: los docentes entregan a los chicos que intervienen en clase o hacen bien sus asignaciones,
un sticker o una pegatina, a modo de reconocimiento público de su buen desempeño y de esta manera se estimula esa conducta y se desestimula
la contraria en los demás, por contraste de valoraciones.
Castigar el mal comportamiento: de forma paralela, cuando se estimula a los buenos alumnos a continuar siéndolo
se debe debilitar el comportamiento anárquico o molesto, por ejemplo, en un chico que no deje avanzar la clase o exhiba una actitud
irrespetuosa. Este refuerzo negativo consistiría en castigos y reprimendas públicas ejemplarizantes, para asociar el sentimiento de
vergüenza con la conducta inicial que se desea modificar. El efecto sería mayor si se lo acompaña con un refuerzo positivo cuando el
chico se muestre dispuesto a cooperar, en lugar de recurrir a la humillación y el escarnio como castigos sociales.
Restar y sumar puntos: en determinadas situaciones de conducta o de desempeño académico, el docente puede restar
puntos a uno o varios alumnos como refuerzo negativo, ya que, éstos asociarán el resultado final de su asignatura con el comportamiento
presente. Lo mismo se hace con los puntos adicionales, que le son sumados a los alumnos que realicen un esfuerzo inesperado
(a modo de refuerzo positivo) o que empiecen a mostrar una mejor conducta.
Levantarse al entrar el profesor: los docentes condicionan a los estudiantes que se levantaran al ingresar el
profesor en el aula, como señal de respeto. Este método buscaba asociar la formalidad del acto de levantarse con la presencia de los
profesores y así reforzar un vínculo de respeto y de protocolo en el alumnado.
Reflexión de cierre:
En sus experiencias como estudiante o como docente ¿qué formas de conductismo recuerda haber vivido?
¿Qué aportes le podría ofrecer el conductismo en su labor como docente?