La Colonia creó las castas o el ascenso social por blanqueamiento. Este sistema permitía el “ascenso social” de los afrodescendientes por un proceso de sucesivos mestizajes con personas blancas o con mestizos y a través de varias generaciones. Esta institucionalización de la ideología del blanqueamiento tuvo consecuencias directas que repercuten aún hoy en nuestra manera de pensar.
Las castas permitían a los afrodescendientes “ascender socialmente” mediante sucesivos mestizajes con personas blancas o con mestizos, a través de varias generaciones.
En el capítulo tercero, de la Ley 6ª del primer Código Negro, se establece que la enseñanza de las primeras letras y los rudimentos de la religión se venían impartiendo por igual a “todas las clases y para los pardos y negros libres” con “siniestras impresiones de igualdad y familiaridad entre ellos” y por ende, debía restringirse. En adelante todos los negros y pardos primerizos deben destinarse a la agricultura, sin que puedan por eso mezclarse con los blancos, los tercerones, cuarterones y, demás, que puedan ponerse en aulas separadas, pero dirigidas por personas blancas de probidad e instrucción, que impriman desde sus primeros años en su corazón los sentimientos de respeto e inclinación a los blancos, con quienes deben equiparse algún día”.
En concreto, este sistema de castas, desarrollado por Francia, España y Portugal, no se fundamentaba en la exclusión absoluta sino en el mito del ascenso gradual de las familias por vía de sus descendientes. Se necesitaban seis generaciones para blanquearse. De modo que las castas llegaron a ser “categorías de gente que sin ser blanca aspiraba o andaba en la senda de lograrlo” (Friedemann 1993: 64).
Esto dio pie a la tan generalizada idea en algunas comunidades de América Latina de la conveniencia de “subir” o de “levantar” el color. Desde el punto de vista de su autoestima, les hizo mucho daño a las personas negras y sobre todo a los afromestizos, fomentando en algunos sectores el desprecio por su herencia cultural y por sí mismos. El color llegó a ser para muchos una lacra. El “ideal de belleza” por emular era el europeo y no hubo modelos alternativos, con los que pudieran identificarse aquellos que no tenían los rasgos físicos correspondientes.
En este sistema ascenso social por blanqueamiento, desarrollado por Francia, España y Portugal, se necesitaban seis generaciones para “blanquearse”.
Hay que tomar en cuenta que el sistema como tal funcionó. Hacia finales de la Colonia, había en América Latina una gran cantidad de negros libertos que habían alcanzado posiciones importantes en la estructura social y económica de la época. Pero fue un sistema nefasto que dividió a la población y negaba la plena participación de las personas en la dinámica social, al limitarles su quehacer conforme a su casta. Ciertos puestos estaban reservados exclusivamente para tal o cual casta, quedando las personas negras en la parte baja de la escala y los indígenas excluidos.
El sistema, que funcionó hasta finales de la Colonia en América Latina, dividió a la población y negaba la plena participación de las personas en la dinámica social, al limitarles su quehacer conforme a su casta.