A través de los siglos siempre hubo gente opuesta a la esclavitud. Son ejemplos de esto san Patricio (415-493), quien había estado esclavizado; san Eligio (588-650) que usó su enorme fortuna para comprar y liberar esclavos de las islas británicas en lotes de 50 o 100. Pero estas personas cumplían una función más bien profética, pues nunca tuvieron el poder suficiente para promover la abolición del sistema. Más bien es con el desarrollo del capitalismo en el siglo XVIII, que la dinámica socioeconómica fue relegando al sistema esclavista cada vez más. Como sistema de producción basado en una población cautiva, no tenía la eficiencia que los nuevos tiempos demandaban.
En el siglo XVIII, con el desarrollo del capitalismo la dinámica socioeconómica fue relegando al sistema esclavista cada vez más.
En Inglaterra se fundó en 1787 la Sociedad Abolicionista, que incluía nueve cuáqueros y ciudadanos de las más diversas convicciones religiosas, para luchar contra la trata de esclavos. Su estrategia era del estilo de los modernos “lobby” parlamentarios dirigidos a la aristocracia política.
Desde 1794 los Estados Unidos, por su parte, comienza a tomar una serie de medidas, prohibiendo la participación de sus ciudadanos en la trata de esclavos, so pena de ser declarados piratas y enfrentar la pena de muerte y en 1814 firmó el Tratado de Ghent en que se comprometió a combatir la trata de esclavos al nivel internacional.
En los albores del siglo XIX la trata de esclavos utilizaba uno de cada cincuenta y dos barcos ingleses, y solo uno de cada veintitrés marineros trabajaban en esta actividad (Williams 1984: 287), y el aporte de las colonias esclavistas del Caribe a la economía europea ya era poco significativo.
Algunos sectores pregonaban una estrategia gradual de emancipación, otros querían solamente abolir el tráfico “producir nuestros esclavos en vez de comprarlos” pregonaba el parlamentario británico Wilberforce en 1814. El debate duró varios años, hasta que el 28 de Agosto de 1833 la esclavitud fue abolida por el Parlamento Británico.
Hubo activistas afrodescendientes que dieron una gran contribución al proceso, tales como Juan Francisco Manzano de Cuba, cuyo texto básico Autobiografía de un esclavo fue una importante contribución afrocubano, y además, fue fundador de la literatura escrita por personas negras en nuestra América. Igualmente tuvieron un papel activo en la campaña por la abolición, Ignatio Sancho, un esclavizado de Colombia que por variadas circunstancias terminó en Londres, adquiriendo su libertad y asombrosamente su ciudadanía británica, cosa muy rara en su época. Y, también, está Olaudah Equiano, africano de origen, esclavizado en África y en el Caribe, liberto en Londres. Además, estos últimos fueron escritores, dieron conferencias y realizaron una labor de activistas por la abolición de la esclavitud.
Juan Francisco Manzano de Cuba, escritor afrocubano, con su texto Autobiografía de un esclavo fue fundador de la literatura escrita por personas negras en América.
Entre los abolicionistas hubo algunos ministros religiosos, como el fundador de la Iglesia Metodista, John Wesley, para quien la esclavitud era la suma de todo lo vil. Igualmente condenó la esclavitud el pastor presbiteriano Charles Grandison Finney. Hubo también algunas líderes cristianas femeninas que alzaron su vos, como Hariet Beecher Stowe y la afrodescendiente Sojourner Truth.
En México, Miguel Hidalgo (1810) y el afrodescendiente José María Morelos (1813) encabezaron el primer gran levantamiento por la independencia, declararon libres a los esclavos y abolieron el sistema de castas, y aunque ambos fueron derrotados por las fuerzas realistas, la semilla estaba sembrada. La independencia mexicana vendría en 1821 y en 1829 bajo la presidencia de Vicente Guerrero de México como parte de la celebración de un nuevo aniversario de la independencia, se decretó la abolición definitiva de la esclavitud. Por su parte, las naciones del istmo centroamericano abolieron la esclavitud en 1824, como un acto del Congreso de la República Federal de Centro América.
En Sur América, la abolición se dio en varios momentos. Por los españoles como mecanismo de alianza con los negros en su intento por recuperar la colonia: por Bolívar, a quien independientemente de sus convicciones se le hizo indispensable para lograr el apoyo de Haití y para desarmar la estrategia española. Sin embargo, no fue sino hasta 1854 durante el gobierno de José Gregorio Monagas que Venezuela decretó la libertad definitiva de los esclavos.
En México, Miguel Hidalgo (1810) y el afrodescendiente José María Morelos (1813) encabezaron el primer gran levantamiento por la independencia, declararon libres a los esclavos y abolieron el sistema de castas.