Los factores del clima son agentes que influyen directamente sobre los elementos del clima y los modifican. Se dice que no siempre están presentes, ya que su aparición depende de características geomorfológicas y de la posición latitudinal en el planeta; son características que incidirán en los efectos climáticos predominantes en las diferentes latitudes del mundo.
Se describen, a continuación, los tres tipos de factores existentes y su influencia en el clima:
Los factores de más importancia en astronomía son dos: el movimiento de rotación y el movimiento de traslación del planeta.
El movimiento de rotación influye directamente en elementos como el viento, al provocar su desviación por efecto de Coriolis, movimiento que los desvía hacia la derecha, para aquellos que provienen del hemisferio Norte; y hacia la izquierda, para los que provienen del hemisferio Sur. Este mismo movimiento de rotación influye sobre el día y la noche, así como en la forma de la Tierra (Brenes y Saborío, 2010: p. 35). Influye de igual manera sobre las corrientes marinas, las cuales siguen el mismo desvío que los vientos.
El efecto de Coriolis es un efecto visual que surge de la fuerza del mismo nombre que aparece cuando un cuerpo está en movimiento con respecto a un sistema en rotación y se describe su movimiento en ese referencial. En realidad la fuerza no es real, es ficticia, solo se ve como si lo fuera por efecto de los movimientos mencionados.
Vargas (2009) menciona que el efecto de Coriolis es nulo en el ecuador, mientras que aumenta al desplazarse hacia los polos.
El movimiento de traslación del planeta genera las estaciones astronómicas: primavera, verano, otoño e invierno, de las cuales disfrutan algunas latitudes especialmente en las zonas templadas al producirse cambios drásticos de temperatura. Sucede específicamente por cuatro posiciones de la Tierra con respecto al Sol y su eje de inclinación. Fallas y Oviedo (1994) explican las posiciones principales, opuestas de dos a dos simétricamente, y que reciben del nombre de solsticio y equinoccio.
El solsticio es una posición de la Tierra en su movimiento alrededor del Sol. Al ubicarse en ella, el Sol se encuentra más cerca de un polo que del otro. En el hemisferio Norte, el solsticio de verano ocurre el 21 de junio y el de invierno (Sol al Sur) el 21 de diciembre (Valerio, 1998: p. 149).
El equinoccio sucede cuando el Sol se observa directamente sobre el ecuador, por lo cual la noche tiene la misma duración en ambos polos. Sucede dos veces al año, el 21 de marzo y el 23 de setiembre (Valerio, 1998: p. 148).
En la animación sobre el movimiento de traslación, se muestran los principales aspectos de este desplazamiento que realiza la Tierra alrededor del Sol. En cada posición del planeta Tierra dele clic para mayor información:
La Tierra tarda alrededor de tres meses para trasladarse de una posición a otra. En la figura anterior se muestran los cambios de la posición de la Tierra con respecto al Sol y su eje de inclinación, lo que da como resultado las estaciones astronómicas.
En los respectivos equinoccios, los rayos solares inciden de igual manera sobre ambos hemisferios y se inician el equinoccio de primavera y el de otoño, respectivamente. La noche, en ambos polos, tiene la misma duración. En el solsticio de verano, el polo Norte está más iluminado que el polo Sur; al ser verano en el hemisferio Norte, es invierno en el hemisferio Sur. En contraposición, cuando el polo Sur se encuentra totalmente inclinado hacia el Sol se origina el invierno en el hemisferio Norte y el verano en el hemisferio Sur.
Son factores que se relacionan directamente con las características geográficas de un territorio. Por lo tanto, su presencia o ausencia determinan el clima de una región; asimismo, depende de las características topográficas del terreno, ubicación dentro del planeta y sus características boscosas o vegetales. Se cuentan como factores geográficos el relieve, la altitud, la latitud, las corrientes marinas, la relación entre la tierra y el mar, y la cobertura boscosa, entre otros.
Cada factor influye de una manera particular. A continuación, se detalla cómo:
El relieve actúa como una barrera topográfica. Recuerde que influye específicamente sobre la precipitación, origina las lluvias orográficas y genera áreas de alta humedad. Influye, de igual manera, en la variación de la temperatura pues crea microclimas con características particulares y singulares. En el capítulo V se abordará el caso de Costa Rica.
Como producto de la variedad altitudinal presente en un territorio, la temperatura es afectada, igual que los vientos que ingresan. Si se piensa en el territorio costarricense, cuenta con una variedad altitudinal que va desde los 0 m sobre el nivel mar (m s. n. m.) hasta los 3 820 m s. n. m. cuenta con áreas de altas temperaturas (Puntarenas) y con áreas de bajas temperaturas (Villa Mills, cerro de la Muerte). Esta variedad, sumada a otras condiciones como presencia de sistemas montañosos, régimen pluvial, entre otras, crea microclimas. Los microclimas cuentan con una cobertura boscosa característica, así como de especies animales propias.
De la relación entre las masas oceánicas y las masas continentales, surgen la continentalidad y la istmicidad.
El primer concepto se refiere al predominio de la tierra sobre el mar. Provoca condiciones de sequedad pues los mares no tienen mayor influencia sobre el clima de estas regiones. También significa que las masas de aire, al tener que recorrer grandes extensiones de tierra, depositan su humedad en el nivel del litoral; se vuelven posteriormente en vientos secos a causa de su traslado por el continente; da como resultados áreas áridas o secas con un régimen pluvial bajo. Tal condición se presenta en regiones como el Este europeo o América del Norte en su parte más meridional.
La istmicidad es el caso contrario a la continentalidad. Los mares u océanos tienen más influencia sobre las masas continentales, por lo que los territorios presentan climas muy influenciados por las masas de aire provenientes de los océanos; tal es el caso de América Central continental e insular, regiones, con un régimen pluvial elevado, muy húmedas o húmedas con climas templados, específicamente en las áreas litorales.
Los elementos meteorológicos pueden actuar como factores cuando influyen en el comportamiento de otro elemento; por ejemplo, el viento puede arrastrar una nube pronta a precipitar y provocar lluvia en un lugar diferente. En este caso, el viento (elemento meteorológico) se comporta como un factor porque modifica otro elemento meteorológico: la precipitación (Brenes y Saborío. 2010: p. 39).