HISTORIA


Para dibujar un panorama local podemos ubicarnos en los inicios del año 2000 en Costa Rica. La pregunta que surge es cómo se desarrollaban las tareas grupales en la universidad, por aquel entonces, sí solo algunos de los miembros del equipo contaban con correo electrónico o una conexión a Internet?


Para emprender cualquier tarea de este tipo, lo normal era que cada uno se encargara de una parte del trabajo y, luego, se realizará un intercambio de las secciones, para armar un documento final. Al tener todo junto, se hacía necesario que las partes involucradas dieran una revisada al material elaborado y realizaran sus aportes u observaciones. Si todo salía bien (si no se había omitido alguna de las partes), habría nuevas observaciones de cada miembro del grupo, que era necesario incorporar y, posiblemente, cada uno realizaría los cambios al documento, pero en su propia computadora (recordemos que todo se realizaba de manera independiente). El problema es que a este punto, ya habría varias versiones del mismo trabajo y lograr juntar todo nuevamente, cotejando esas propuestas de mejora que cada miembro realizó, se convertía en algo así como una odisea (siempre y cuando no se dañaran los disquetes, en los que se transportaban las partes del trabajo).


Mientras lo descrito pasaba en Costa Rica, del otro lado del Océano Atlántico, los europeos llevaban cuatro años desarrollando proyectos enfocados en diseñar una herramienta web que permitiera el trabajo colaborativo.


Las investigaciones y los desarrollos fueron creciendo alrededor del mundo y, a mediados del año 2005, la empresa Upstartle lanzó en la red un novedoso servicio que permitiría a los usuarios crear documentos de texto directamente en el navegador web, sin necesidad de utilizar el editor de textos en el sistema operativo. Lo más importante de este nuevo servicio en línea, era el hecho de que posibilitaba compartir el material con otros usuarios, para que todos pudieran trabajar en el mismo archivo. Este primer editor de texto colaborativo se llamó Writely y fue tal su impacto que la nueva empresa fue comprada por el actual gigante de Internet Google.


Tras la compra del editor Writely y la elaboración de una hoja de cálculo propia, la empresa lanzó al mercado su servicio Google Docs en octubre del 2006, este permitía trabajar por la web, de manera colaborativa, con documentos de texto y hojas de cálculo. Posteriormente, fueron apareciendo otros servicios similares, como los de Zoho o el mismísimo Microsoft.


Actualmente, las plataformas para compartir archivos son variadas, habrá varias personas pensando en una herramienta como DropBox, pero es importante hacer la salvedad de que este sistema nos permite almacenar en la nube y ofrece un servicio de sincronización con múltiples equipos, donde podemos almacenar textos, audios, imágenes, videos y cualquier otro tipo de archivo. Además esta herramienta nos posiblita compartir el contenido de nuestras carpetas personales. Sin embargo, esta plataforma no la tomamos en cuenta al referirnos a documentos compartidos, porque a la fecha (setiembre 2016), este almacén de datos admite compartir, pero no permiten editar los materiales desde la aplicación ni el trabajo simultaneo sobre los archivos.