Tanto los nuevos tiempos, como las problemáticas contextuales, nos exigen perseguir y concretar la coherencia epistemológica entre lo que se sostiene; lo que se profesa en el discurso; y, lo que se desarrolla tanto en la mediación pedagógica como en el diseño de entornos educativos virtuales. Sin lugar a dudas, esto implica todo un desafío, dada la diversidad y la complejidad que representa el aprendizaje, actualmente. Por lo anterior, debemos tener presente algunos puntos relevantes (Fainholc, s.f.):
Respetar la diversidad cultural, social de representaciones, fuentes, creencias, opiniones etc. Estos aspectos deben incluirse dentro de las experiencias de aprendizaje, de manera que nutran el quehacer pedagógico que los mediadores y de los aprendientes.
Confiar en aplicaciones no-humanas (artificiales o tecnológicas). Debemos vencer las resistencias epistemológicas y realizar un esfuerzo por incluir las tecnologías de la comunicación y la información en los procesos que mediamos, para superar la mera transmisión de contenidos y estimular el apropiamiento del proceso, por parte de las personas implicadas.
Expandirse a nuevos espacios y posibilidades. Mantener conectividades para facilitar el aprendizaje disponible, continuo y equitativo, que también requiere desarrollar la capacidad crítica y reflexiva de lo que se conoce-construye-vive.
Entrenar las capacidades comunicativas y mediáticas, así como las habilidades para ver y comprender conexiones entre campos, ideas y conceptos. Con el objetivo de estar al día con la información, con la materia prima y con el valor de las coyunturas que se viven.
Propiciar la toma de decisiones, que es un proceso de aprendizaje en sí mismo, dentro de la realidad cambiante o en movimiento (lo que es útil hoy, puede no serlo mañana), esto afecta las decisiones que se toman. Por esta razón, se hace hincapié en las habilidades, más que en el mantenimiento de información.
Vemos así que, las personas aprendientes, son las principales responsables de desarrollar sus propias herramientas de aprendizaje, ambientes, redes y comunidades. Al abrazar la tecnología, nuestro sistema cognitivo se “amplía”, para adaptarse e involucrarse en el mundo social y cultural, donde estos nuevos recursos son centrales, ya.
El camino por recorrer, si bien es de incertidumbre, lleva tácita una invitación a la ruptura de los esquemas instruccionales tradicionales, para generar espacios provocadores, que susciten curiosidad, interés y motivación, para poder co-construir saberes (saber-conocer, saber-hacer, saber-ser, saber-vivir y saber-convivir), más allá de abstraer teorías.
Le invitamos a ampliar más sobre este tema, a partir del artículo “Investigar la educación virtual desde una experiencia concreta, reflexiones ontológicas, epistemológicas, metodológicas y técnicas”.
Ampliar el tema