Anteriormente, cuando revisamos las definiciones de educación a distancia, señalamos que Holmberg, al distinguir el modelo a partir de la comunicación no directa entre el profesor, la institución y el estudiante, estableció el concepto de comunicación didáctica guiada. En primera instancia, entenderemos como comunicación didáctica guiada, aquella basada en el soporte que brinda la institución al estudiante, para llevar a cabo el proceso de aprendizaje de manera óptima (Holmberg, 1995). García (2001), señala que, la comunicación didáctica guiada “suponía una comunicación no contigua apoyada por una comunicación simulada a través de la interacción del estudiante con los materiales de estudio y una comunicación real a través de la interacción escrita y/o telefónica” (pp.103-104).
La teoría de la interacción y comunicación de Holmberg, en 1986 integró siete asunciones que, básicamente, estaban orientadas a la motivación del estudiante, a potenciar un sentimiento de placer por el aprendizaje y a generar una situación, entre el estudiante y la institución, que satisficiera las necesidades (Simonson, et al., 2006).
Repase los siete principios de la teoría de la interacción y comunicación, que se expusieron anteriormente.
García (2001) argumenta que la comunicación mediada es un elemento clave en la conceptualización de la educación a distancia dada por Holmberg, porque debe existir una seria reflexión de cómo será aplicada en los procesos de diseño y planificación, “por sí mismo no redefine la naturaleza esencial de la transacción profesor-estudiante” (p.104). Por esta razón, propone una teoría integradora, en la cual se incluyen: la teoría de la industrialización, de Peters; la teoría del aprendizaje independiente, de Wedemeyer; la teoría de la distancia transaccional, de Moore; la teoría de la comunicación didáctica, de Holmberg; el modelo de comunicación bidireccional, de Garrison y Shale, Garrison y Baynton, y Garrison; los planteamientos sobre el aprendizaje colaborativo o cooperativo, de Henri y Slavin; la teoría de la equivalencia, de Simonson; y, los planteamientos sobre el impacto de las tecnologías en los entornos virtuales para el aprendizaje, más recientes. Revisaremos brevemente esta propuesta teórica llamada: diálogo didáctico mediado (DDM).
García (2001) inicia su propuesta definiendo el diálogo, desde una perspectiva docente, como una relación didáctica entre este y los estudiantes. Las variables tiempo y espacio determinan diferentes tipos de diálogo: el sincrónico, el asincrónico y la combinación de ambos.
En el 2001, esta propuesta parte del principio de que “la institución u organización es la que enseña […] y no el profesor” (p.109). Contrario a la enseñanza presencial, donde el docente es quien determina los objetivos de aprendizaje, planifica, produce, pone en práctica y evalúa; en educación a distancia son muchas instancias, personas y equipos multidisciplinarios quienes intervienen en el proceso de planificar, producir, distribuir y evaluar.
En una revisión más actualizada, del año 2014, García sustituye la institución a distancia por la docencia.
Diálogo didáctico mediado.
Fuente: García, A. (2014). El diálogo didáctico mediado en educación a distancia.
La meta principal de la docencia es que el estudiante logre los objetivos de aprendizaje, además, que en el proceso asuma un papel protagónico. En ese proceso, deben considerarse los ritmos, estilos, espacios y tiempos para aprender, tanto de manera individual como colaborativamente, lo cual demanda la flexibilidad en las propuestas didácticas. A la vez, esta flexibilidad es posible solo si se potencia el diálogo didáctico mediado. En la parte central de la figura 1, puede verse cómo la docencia y el aprendizaje están enlazados, a partir del diálogo didáctico mediado. Este diálogo puede suceder de varias maneras: asincrónicamente, sincrónicamente o, como se indicó anteriormente, por una combinación de ambas modalidades.
También, el diálogo didáctico mediado está relacionado con los materiales y contenidos para el autoestudio, así como con los canales de comunicación. En los cuadrantes 1 y 3 de la figura, se visualizan los materiales diseñados y producidos por la institución educativa, con la intervención de equipos de profesionales, especialistas en diseño instruccional, educación a distancia, didáctica, producción, diagramación y diseño gráfico. Esta producción, tal como lo indica García (2001), se realiza “de forma planificada, racional, sistemática y controlada” (p. 111).
En el modelo de García (2014), puede observarse que los soportes utilizados para estos materiales dependerán del momento histórico (generación de educación a distancia) o de la conveniencia de la oferta académica. En cada uno de estos materiales, de acuerdo a su potencial expresivo, el diálogo simulado y asíncrono está presente. La conversación didáctica que se lleva a cabo es unidireccional, lo cual no quiere decir que el estudiante, en su proceso de aprendizaje, no pueda establecer un “diálogo” con el autor, pues este le interroga, arroja preguntas para que reflexione o el pide realizar alguna actividad, con el fin de que el estudiante logre mayor comprensión.
En el cuadrante 3, puede observar que se incluyen las tecnologías más recientes, que propician, predominantemente, la comunicación simulada, ya sea asincrónica o sincrónica. García (2014) señala que “la conversación didáctica guiada, encuentra en este cuadrante grandes posibilidades gracias a la hipertextualidad y al multimedia” (párr. 7). También, en el mismo cuadrante, está la distribución de materiales, la cual se realiza de manera física y electrónica y demanda un corte industrial que asegure la puntualidad y la oportuna entrega al estudiante, con el fin de que pueda iniciar su proceso de aprendizaje, de manera independiente y autónoma (García, 2001, García, 2014).
En el cuadrante 2, se muestra un diálogo sincrónico que resulta de la comunicación real entre el profesor y el estudiante al hacer uso de tecnologías e interactuar de manera escrita, telefónica o en las sesiones presenciales. En estas últimas, las relaciones pueden ser asimétricas (verticales) entre el profesor y los estudiantes o simétricas y multidireccionales, entre los estudiantes mismos.
Los cuadrantes 2 y 4, exponen situaciones de aprendizaje en las cuales se propicia el diálogo real. Estas situaciones pueden llevarse a cabo sincrónicamente, a través de las clases presenciales, por medio de sistemas de videoconferencia, chat o teléfono. O asincrónicamente, por correo postal, fax e Internet. Este diálogo se caracteriza por el acompañamiento con altos niveles de interactividad en la búsqueda del aprendizaje colaborativo; el estudiante no está solo, puede comunicarse con sus pares y con el profesor.
Por último, es en el cuadrante 4 es posible observar una generación de educación a distancia que hace uso de las tecnologías de la web 2.0, para abrir espacios al “diálogo real, síncrono, vertical, horizontal, multidireccional y, por todas esas tipologías, entiendo que menos estructurado”, indica García (2014, párr. 12). Estos nuevos entornos deben, obligatoriamente, ser más flexibles, autónomos, para brindar la libertad al estudiante, que pueda elegir sus tiempos y formas de aprendizaje.