Como se revisará en los próximos apartados, la historia de la educación a distancia no es reciente; sin embargo, hasta el siglo XIX se comienza a trabajar, formalmente, para definir un concepto y un modelo educativo que superara las barreras geográficas y físicas, con el fin de brindar mayor cobertura y atender las demandas de la sociedad. Saba (2003) y García (2001) indican que fue la convergencia de varios factores lo que originó la implementación del modelo, entre ellos: la economía y el desarrollo social global que demandaban más educación y formación; las estructuras creadas por la sociedad industrial y posindustrial; los atributos y transformaciones de los medios tecnológicos para la comunicación y la producción de materiales instruccionales; las necesidades individuales reconocidas a partir del desarrollo de las ciencias de la educación; y, la necesidad de aprender a lo largo de la vida.
Iniciemos con la conceptualización de Simonson, Smaldino, Albright y Zvacek (2006), para ellos la educación a distancia es definida como una institución basada en la educación formal, donde el grupo de aprendizaje está separado y los sistemas de telecomunicación interactiva son usados para conectar a los estudiantes, recursos e instructores (p. 32). Observe que son cuatro los componentes principales de esta definición:
Figura 1. Componentes de la conceptualización de educación a distancia
Fuente: Elaboración propia
Las primeras definiciones se enmarcan en la teoría del estudio independiente. Esta tiene dos grandes representantes: Michael Moore y Charles Wedemeyer. La definición de educación a distancia que provee Moore se expone a continuación:
La familia de métodos instruccionales en la cual la conducta del estudiante está separada de la del profesor, por lo tanto la comunicación entre ambos debe ser facilitada a través de los medios impresos, audio, teleconferencia, video, computadoras y combinaciones de estas. (Moore, 1989, p. 8)
La propuesta de Moore examina dos variables de los programas a distancia: el grado de autonomía del estudiante; y, la distancia entre este y el profesor. Con respecto a la primera variable, Moore propone que el estudiante asuma con responsabilidad algunas tareas que tradicionalmente se le atribuyen al profesor, tales como: la selección de objetivos, los métodos, los recursos y la evaluación. La segunda variable, la distancia, está compuesta por dos elementos: el diálogo y la estructura. El diálogo es provisto a partir de los sistemas de comunicación de doble vía y la estructura procura organizar los elementos del programa académico en oferta para llenar las expectativas y las necesidades del estudiante, ajustándose a las metas particulares (Simonson et al., 2006).
Basado en esta segunda variable, y en las propuestas de Wedemeyer, en 1983, Moore integró el concepto de educación a distancia en el marco de las ciencias sociales, al definir la distancia transaccional en términos de la “relación entre el diálogo (autonomía) y la estructura, abriendo una ruta para la interpretación posmoderna de la distancia en la educación” (Saba, 2003, p. 13). Bender (2003), al citar a Moore, señala que esta distancia es psicológica, relacional y será, más o menos amplia en la misma proporción en que el estudiante sea capaz de tomar la iniciativa y se comprometa en el proceso de aprendizaje, por una parte, y se brinden las herramientas y espacios para mantener una comunicación fluida, por la otra parte.
¿Cómo afectan el diálogo y la estructura en la distancia relacional? Escriba algunas ideas, revisaremos este concepto más ampliamente, después
En 1981, Wedemeyer definió que la esencia de la educación a distancia era el estudio independiente. Este teórico argumentó que la independencia del estudiante podía ser reforzada con una serie de estrategias y con la adopción de tecnologías que la favorecieran, así como de materiales autoinstructivos diseñados y producidos bajo un enfoque industrial, con el único fin de lograr acceso, eficiencia y cobertura (Saba, 2003; Simonson et al., 2006).
Las seis características de los sistemas de estudio independiente de Wedemeyer, según Saba (2003) y Simonson et al. (2006), son las siguientes:
La teoría de la industrialización de la enseñanza fue expuesta por Otto Peters. En 1960, este teórico realizó un análisis de las organizaciones que ofrecían enseñanza a distancia e hizo una comparación con la producción industrial de bienes. A partir de los resultados obtenidos, señaló que “desde algunos puntos de vista, la educación convencional, oral, basada en grupos fue una forma de educación preinsdustrial” (Simonson et al., 2006, p. 43) y que “la enseñanza a distancia no pudo haber existido antes de la era industrial” (Simonson et al., 2006, p. 43).
En este sentido, Saba (2003) expone que la mayor contribución de Peters radica en reconocer y explicar la industrialización en la educación, partiendo del uso de la tecnología para obtener mayor cobertura. Esta concepción de la educación a distancia implica, obligatoriamente, la división del trabajo, tal como sucede en una empresa industrial. En otras palabras, la educación a distancia, para Peters, es:
…un método de impartir conocimiento, destrezas y actitudes. Esta es racionalizada por la aplicación de la división del trabajo y los principios organizacionales tan bien como por el extensivo uso de los medios técnicos, especialmente con el propósito de reproducir material de enseñanza de alta calidad, con el cual se hace posible la instrucción a un gran número de estudiantes en un mismo tiempo dondequiera que ellos vivan (Simonson et al., 2006, p. 34).
Por su parte, para Holmberg la característica más distintiva de la educación a distancia es la no continua comunicación entre el soporte organizacional y el estudiante, esto implica que no hay una inmediata supervisión del profesor como sucede en el aula presencial. Sin embargo, sí se provee al estudiante de los beneficios de la planificación, guía y sistema de soporte organizacional (Holmberg, 1995; Simonson, et al., 2006). A este teórico se le atribuye la teoría de la interacción y comunicación, además, es quien propone el concepto de conversación o comunicación didáctica guiada.
La teoría de la interacción y comunicación de Holmberg integra siete asunciones (Simonson, et al., 2006). Estas son:
Como se observa en los siete postulados, el estudiante para Holmberg está en el centro del proceso, “el real aprendizaje es ante todo una actividad individual que es alcanzada solo a través de procesos internos” (Saba, 2013, p. 4).
¿Qué implica la comunicación didáctica guiada? ¿Es una comunicación igual que la interacción o debería tener unas características didácticas específicas?
Escriba algunas ideas que vengan a su mente, en este momento. Más adelante abordaremos este tema con mayor amplitud. Podrá luego comparar sus ideas con lo propuesto por Holmberg.
En 1980, tras un análisis de las definiciones de educación a distancia de Holmberg, Peters, Moore y de la ley del gobierno francés, Desmond Keegan (1980) determina que:
Según este análisis, Keegan (1980) expone su definición comprensiva de educación a distancia, que está compuesta de seis elementos:
Esta definición, según Keegan (1980), puede ser aplicada en un amplio rango de instituciones que ofertan educación a distancia. Pese a los intentos por integrar las conceptualizaciones más aceptadas en todo el mundo, algunos teóricos criticaron la incorporación del punto cinco (la posibilidad de reunirse, con propósitos tanto didácticos como sociales, ocasionalmente), que podría ser omitida en alguna literatura. Ciertos autores, como Simonson y sus colegas (2006), agregan el adverbio latino quasi (casi) a los puntos uno y cinco, esto significa que aceptan la posibilidad de los encuentros cara a cara. Sin embargo, estos autores omiten el punto seis, la forma industrializada de educación. Al respecto:
Analice y construya algunas hipótesis sobre por qué algunos teóricos, de la educación a distancia, se opusieron al elemento cinco de la definición comprensiva de Keegan.
¿Podría significar, este quinto punto, algún peligro para el modelo?
Recientemente, debido al auge en el uso de medios de comunicación, han emergido otras definiciones del concepto de educación a distancia. Tal es el caso de Garrison y Shale, quienes critican la definición comprensiva de Keegan por considerarla muy estrecha, a la luz de los avances tecnológicos y de las posibilidades que proveen para el futuro (Simonson, et al., 2006). Garrison y Shale (citados por Garrison, 2009) indican que ni el paradigma del estudio independiente ni la autonomía del estudiante fueron cuestionados por los teóricos, aun cuando ya se disponían de las ventajas que dan las más recientes tecnologías de comunicación e Internet, que, evidentemente, proveen un potencial para el aprendizaje colaborativo, a partir de la interacción y del diálogo.
Estos autores argumentan que, un elemento recurrente en la definición de educación a distancia, es la comunicación de doble vía, no la independencia. Suma a esto la posibilidad de que, a través de los medios de comunicación, se logren negociar tanto los objetivos como las actividades; y, que se use el discurso para construir y validar el aprendizaje significativo, además de brindar retroalimentación oportuna (Garrison, 2009).
Por las razones anteriores, la definición que proveen Garrison y Shale de educación a distancia, únicamente considera tres criterios esenciales (Simonson, et al. 2006):