Consideraciones sobre la evaluación
El Reglamento General Estudiantil de la UNED (2012) dedica un capítulo al tema relacionado con la evaluación de los aprendizajes; de ahí que todo profesional que labore en funciones relacionadas con la docencia tiene la responsabilidad ética de conocer y aplicar en su desempeño lo indicado en estos artículos, por eso se considera relevante anotar los aspectos clave que destacan en cada uno de los mencionados, a los cuales se relacionan con la evaluación:
- Poner en práctica un proceso sistemático para obtener información válida y útil con respecto a la adquisición de conocimientos y desarrollo de competencias, para formular juicios de valor e introducir los cambios necesarios en función de los logros y dificultades experimentadas en el aprendizaje.
- Comprobar el carácter riguroso del instrumento de evaluación de los aprendizajes, en función del cumplimiento de las condiciones técnicas de validez y confiabilidad.
- Definir los criterios, las evaluaciones y los resultados esperados en las orientaciones académicas para informarlos a la comunidad estudiantil en cada período académico.
- Asegurar el carácter formativo y continuo de la evaluación mediante el planteamiento de actividades de autoevaluación, prácticas y ejercicios para que el estudiantado realice en diferentes momentos del proceso de aprendizaje, a través de los materiales didácticos propuestos.
- Promover el carácter sumativo de la evaluación, la cual requiere que los diversos tipos de instrumentos, trabajos y pruebas en formatos físicos o digitales tengan evidencia válida de los aprendizajes logrados por cada estudiante, fundamentada en los indicadores de logro definidos para la calificación que se otorga en una escala de cero (0) a diez (10) certificación oficial de su rendimiento. Su aprobación mínima será de siete (7) para pregrado y grado y de ocho (8) para posgrado, utilizando múltiplos de 0,5.
- Utilizar para la evaluación formativa y sumativa diversos instrumentos de la evaluación tradicional, como las pruebas escritas y técnicas de evaluación (ensayos, investigaciones, laboratorios, trabajo de campo, estudios de caso, entre otras posibilidades), con su respectivo instrumento de evaluación (lista de cotejo, escalas de calificación y matrices de valoración) que garanticen la objetividad en el proceso evaluativo.
En resumen, cada docente antes de iniciar un proceso evaluativo, debe velar por el carácter riguroso de la evaluación de los aprendizajes, en función del cumplimiento de las condiciones técnicas de validez y confiabilidad del instrumento de evaluación, ya que estos resultarán en beneficio de cada estudiante y de la acción que ejerza como docente.