Globambiente

Calles silenciadas, basura visible: cómo el anonimato urbano y la desigualdad social están alimentando los vertidos ilegales en las ciudades globalizadas

Edificios en Bruselas. Fuente Petar Starčević. Licencia libre en Pexels.

En una ciudad como Bruselas, capital de Bélgica, que alberga a las principales instituciones de la Unión Europea (como el Parlamento de la Unión Europea, la Comisión Europea, la OTAN, entre otros) uno pensaría que el ornato y la limpieza urbana están garantizadas. Sin embargo, un estudio reciente realizado por las investigadoras de la Universidad Católica de Lovaina, Madeleine Guyot, Isabelle Thomas y Sophie O. Vanwambeke revela un fenómeno silencioso y persistente: los vertidos ilegales de residuos, que lejos de ser ocasionales o fortuitos, están profundamente conectados con la configuración urbana, el tejido social y las contradicciones de la globalización.

El Atomium En Bruselas

El Atonium, Bruselas. Fuente Nathalia Rosa. Licencia libre en Pexels.

El paper, titulado From Complaints to Insights, analiza más de 45000 reportes de vertidos ilegales registrados entre 2017 y 2020 en la aplicación Fix My Street, una plataforma digital que permite a los habitantes de Bruselas denunciar incidentes en el espacio público. Al comparar estos reportes con otros 53000 incidentes no relacionados con este tipo de actos «incivilizados», las autoras pudieron identificar patrones con una precisión geográfica sin precedentes.

Los datos son contundentes en constatar que el vertido ilegal tiende a ocurrir en calles residenciales, estrechas, silenciosas y de bajos ingresos. También es más común “bajo árboles” —no por razones naturales, sino por el encubrimiento visual que ofrecen—, lo que pone en entredicho la idea de que más áreas verdes siempre mejoran la calidad urbana. Parece increíble que en una ciudad de primer mundo como Bruselas se de este tipo de contaminación «de a callado» por parte de algunos de sus habitantes, pero de hecho, lo es.

En dicho estudio los factores más significativos hallados por las investigadoras destacan: la reincidencia geográfica del vertido de residuos, es decir, donde ya se han depositado residuos es más probable que vuelva a ocurrir, a esto se le conoce como el efecto de «ventanas rotas», teoría propuesta por Kelling y Coles. Otro hallazgo del estudio es que en áreas con menor ingreso per cápita presentan niveles mucho más altos de vertido ilegal, teniendo este tipo de delitos ambientales una alta correlación con niveles socioeconómicos bajos.

Otra conclusión de la investigación de las autoras es que las áreas con menos ruido de tráfico son más vulnerables al desecho clandestino, por lo que, se aprovecha el silencio y la soledad de las calles para verter, de manera ilegal los desechos.

Desmarcándose de los estereotipos que asocian el desorden urbano con zonas industriales o con la periferia, el estudio muestra que muchas veces es el propio entorno residencial, desprovisto de vigilancia policial y social así como de cohesión social, factores que pueden convertir un lindo barrio en el epicentro del caos.

Aunque el estudio se centra en Bruselas, sus implicaciones son mucho más amplias. Las dinámicas identificadas son extrapolables a otras “ciudades globales” donde la urbanización acelerada, el consumo masivo y la desigualdad social conviven en un mismo espacio físico.

Desde una perspectiva de globalización y su impacto en el ambiente, este fenómeno evidencia cómo las ciudades están absorbiendo los residuos de un sistema de producción y altísimo consumo de cuota globalizada sin contar con los mecanismos comunitarios o institucionales adecuados para gestionarlos.

Dicen textualmente las autores que “estamos viendo cómo el anonimato urbano, potenciado por la fragmentación social y la movilidad residencial propia de la globalización, erosiona el control social informal que solía prevenir estas prácticas”, explica el estudio.

Ejemplos de vertido ilegal reportado en la app Fix My Street, tomado del estudio de las investigadoras.

En ese sentido, en las ciudades nos estamos haciendo más individualistas, el concepto de barrio como un tejido de relaciones sociales cordiales, de apoyo y tertulia han mutado a sitios fríos, amurallados física o funcionalmente. La información derivada de este estudio es una consecuencia de este fenómeno, entre otros factores.

La geografía y la tecnología pueden ayudar a orientar las políticas públicas

Las tecnologías de información geográfica (SIG, sensores remotos, Apps de localización, entre otros) y el análisis geográfico son poderosas e invaluables herramientas para orientar políticas públicas más efectivas, equitativas y basadas en evidencia, especialmente en contextos urbanos y ambientales, estas permiten discernir dónde ocurren los problemas, determina patrones territoriales y riesgos, y puede mejorar la asignación de recursos.

En lo que respecta a la investigación descrita, el valor del enfoque empleado (uso de datos ciudadanos geolocalizados) se basa en su aplicabilidad, a bajo costo y con software libre, para diseñar intervenciones urbanas dirigidas. Las autoras proponen que los tomadores de decisión utilicen estos datos espaciales, no solo para detectar puntos críticos en cuanto al problema de los desechos clandestinos, sino también, para evaluar el impacto real de las campañas de limpieza y las inversiones estatales en el espacio público.

Asimismo, las autoras proponen incorporar indicadores innovadores como el flujo peatonal o la calidad percibida del entorno, variables que podrían ser recolectadas mediante sensores urbanos o participación ciudadana.

Una conclusión que podemos obtener es que la limpieza urbana no es solo un tema de tener barrenderos en las calles o de aplicar multas por delitos, sino que se requiere más cohesión social, un trabajo interinstitucional, vinculando a los ciudadanos, promoviendo que estos se apropien de su barrio; un reflejo directo de la justicia social, la participación ciudadana y el diseño urbano. En este mundo globalizado donde las ciudades enfrentan una presión creciente de consumo de recursos y de aumento demográfico, entender estos vínculos es clave para diseñar y rehabilitar espacios urbanos habitables, sostenibles y equitativos, no solo en latitudes europeas sino en nuestras ciudades latinoamericanas.

Para investigar

¿Ante la deposición de residuos clandestinos en Bruselas y en otras ciudades globalizadas qué soluciones pueden implementarse para evitar o disminuir el problema?

¿Qué otros ejemplos de problemas ambientales encontramos en las ciudades hoy?

¿Conoces otros ejemplos en que los Sistemas de Información Geográfica (SIG) y la tecnología geoespacial hayan ayudado a explicar y analizar problemas ambientales, elaborando mejores políticas públicas?

¿En qué otros aspectos puede ser útil los SIG?

Referencias

Guyot, M., Thomas, I., & Vanwambeke, S. O. (2022). Is illegal dumping associated with some urban designs? Evidence from fix my street data, Brussels.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *