Según la organización The Shoe that Grows, el “zapato que crece” es una iniciativa de Kenton Lee, quien observó una niña usando zapatos muy pequeños para ella, esto mientras trabajaba en Kenia. Desafortunadamente, en estas comunidades muchos niños no tienen zapatos o reciben unos que usan por varios años, aunque estén en mal estado o no les queden bien.
Los zapatos son un aliado para la salud y un reto en zonas donde las condiciones de vida no permiten contar con los adecuados. Por estas razones, Lee empezó a buscar soluciones con su equipo y después de varios prototipos, desarrollaron un diseño que permite ajustarse al crecimiento de los pies hasta cinco veces.
La organización promueve las donaciones financiar la producción y entrega de los zapatos en África, algunos países de América Latina y campos de refugiados. Toda la operación está apoyada en su plataforma en internet. En este sitio se encuentran donantes, personas u organizaciones que desean distribuir zapatos, activistas y grupos organizados que desean unirse a la causa.
Este caso es un ejemplo del híbrido digital tradicional, cuya energía está enfocada en la innovación para hacer el bien, la alianza para construir una mejor sociedad y el potencial de la colaboración de personas y organizaciones en la promoción de la salud.