16 Omar Dengo Guerrero
Educador, líder político y escritor costarricense nacido el 9 de marzo de 1888 en San José. En 1901, ingresa al Liceo de Costa Rica, donde será pupilo de Roberto Brenes Mesén y Joaquín García Monge, quienes se convertirán más adelante en sus amigos e influirán profundamente en su pensamiento educativo y social.
En 1908, a falta de otras alternativas en educación superior, ingresa a la Escuela de Derecho, en donde obtendrá el Bachillerato en Leyes, formación que le ayudará en su primer trabajo en el Juzgado de San José. Esta experiencia, aunque corta, lo lleva a enfrentar de cerca los problemas de las personas en pobreza y vulnerabilidad “convencido muy posteriormente, como él mismo declara en sus escritos, de que el problema social es un problema de educación por excelencia” (Alfaro y Vargas, 2009, p. 2).
Estas preocupaciones por la injusticia social y el abuso de los más ricos se expresarán en numerosas publicaciones en diferentes periódicos y revistas como Páginas Ilustradas, El Fígaro, La República, El Rayo, La Información, Repertorio Americano y Cultura, reafirmando su ideal contestatario y su compromiso con los sectores más desprotegidos. Esto lo lleva a crear su propio periódico, titulado Sanción, en noviembre de 1908. En este publica artículos que lo ubican como exponente del “regeneracionismo social”, en función de “la degeneración de nuestra naturaleza que observa” (Morales, 1998, párr. 4).
Cuatro años más adelante, se unirá con Carmen Lyra, José María Zeledón y Joaquín García Monge en el “Centro de Educación para Obreros Germinal”, cuyo propósito era instruir a la clase obrera en cuestiones de interés político y social. Según el propio Omar Dengo, el Centro Germinal es resultado de los movimientos internacionales de la época que reclaman por reivindicar al movimiento proletario “que responde, a su vez, a la inconmovible convicción filosófica que consagra la cultura, es su más amplia forma, como base indispensable de toda labor emancipadora, ya sea individual o colectiva” (Morales, 1998, párr. 12). Permanecerá en el Centro Germinal hasta 1914 y aquí inicia su vocación docente, la cual se consolida a partir de ese mismo año, cuando don Roberto Brenes Mesén le convoca como educador para el Liceo de Costa Rica, donde dictará clases de Economía Política, Castellano, Lógica y Debate.
Las experiencias mencionadas le valdrán el reconocimiento del Estado costarricense, por lo cual, en 1915, es llamado a integrarse a la recién fundada Escuela Normal de Costa Rica. En esta institución ejercerá como profesor de Legislación Escolar, Historia de la Educación, Sociología de la Educación, Lógica y Debate y encargado de la práctica metodológica.
Luego del tenso momento que significó la caída del gobierno de Alfredo González Flores, la posterior dictadura de Los Tinoco y la represión contra los educadores; durante la nueva administración de Julio Acosta, es nombrado director de la Escuela Normal, cargo que desempeña hasta su muerte en 1928.
Fue don Omar Dengo quien se mantuvo por más tiempo como Director en sus primeros años de funcionamiento. El profesor Dengo permaneció en ese cargo de 1919 hasta 1928 y fue él quien le dio a “La Normal” el verdadero sello pedagógico y humanístico de la filosofía que gestó su creación en 1914. La formación docente tuvo para Dengo tres pilares esenciales: lo pedagógico, lo espiritual y lo social, ejes que marcaron el derrotero de la educación durante buena parte del siglo XX, tanto en nuestro país como en América Latina. (Martínez, 2016, p. 25)
En estos años, sus convicciones y experiencias se nutren del pensamiento de John Dewey y la Escuela Nueva. Por ello, reconoce el deber fundamental del Estado de atender a la educación, como requisito fundamental para garantizar una verdadera democracia, que identificara los aportes de los grupos sociales olvidados por la oligarquía, como lo eran las personas negras y campesinas.
De esta manera, lo expone el siguiente fragmento rescatado por Emma Gamboa, en ocasión del intento de eliminar la educación secundaria en Costa Rica:
Se dice que se aspira a construir una verdadera democracia: ello importa una concepción dinámica del Estado, la del Estado que se construye a través de los individuos, la cual le impone la obligación de capacitarlos para ser instrumentos conscientes de una activa creación de fuerzas que puedan traducirse en constante mejoramiento de las instituciones que expresan la vida de la nación… Dentro del concepto moderno, es decir, sociológico, funcional, del Estado, los problemas políticos no son sino problemas de educación. (Garnier, 1976, p. 110)
Contrae matrimonio en 1917 con María Teresa Obregón Zamora y continúa con las luchas políticas; por ejemplo, contra los contratos con la United Fruit Company. También, más adelante y con su salud muy comprometida, mostró su oposición a los contratos de las compañías eléctricas, hasta que muere el 18 de noviembre de 1928. Este acontecimiento provoca un impacto en todo el país. Posteriormente, el 6 de octubre de 1969, es declarado Benemérito de la Patria, según Acuerdo N.º 973, del 2 de octubre de 1969.
A continuación, se presenta el poema “Elegía”, escrito y leído por Rogelio Sotela, en los funerales de don Omar:
Omar Dengo . Elegía.
18 de noviembre de 1930
Rompan las plañideras las cántaras del llanto: den todas las campanas su más profunda voz… ¡La noche ponga el gajo sombrío de su manto y todo esté en silencio, porque hoy ha muerto un dios!
Un dios por lo que había de luz sobre su frente, un dios por lo que había en su serenidad, por su sonrisa honda, por su actitud valiente de ser grande y ser noble dentro de su humildad.
Omar hizo el milagro de alcanzar en la vida con el esfuerzo propio la mayor perfección: la virtud, la cultura, esas fueron su égida y el carácter invicto fue su mejor blasón.
Pero fue tal su ensueño, tanta fue su pureza, tan sutil el aliento que animó su emoción, fue tan alta la idea que alumbró en su cabeza y tan celeste el ritmo que hubo en su corazón.
Había tanto espíritu entre su carne: había tanto Dios adentro de su cuerpo mortal, que al fin, hombre deifico, rompió la carne un día y fue, rumbo a los cielos, a vivir su Ideal.
¡Cuando reencarne un día y esté sobre la tierra nuestro querido Omar, con qué inmensa alegría va a ver que la obra suya pudo fructificar!
¡Mañana ha de volvernos, como las primaveras, ungido de lo alto para darnos Su voz… y habrá un renuevo en todas las viejas sementeras y no se irá nunca Omar, el joven dios!
Referencias bibliográficas
Alfaro, M., y Vargas, M. (2008). Semblanza y liderazgo de Omar Dengo: vigencia de su pensamiento. Revista Electrónica Educare, 13 (1),153-165. https:// www.revistas.una.ac.cr/index.php/EDUCARE/article/view/1484
Garnier, L. (1976). Antología femenina del ensayo costarricense. Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, Departamento de Publicaciones.
Martínez, B. (2016). Cronología de la educación costarricense. Editorial Digital Imprenta Nacional. https://www.imprentanacional.go.cr/editorialdigital/libros/historiaygeografia/cronologia_de_la_educacion_costarricense_edincr.pdf
Morales, G. (1998). La actividad política cultural de Omar Dengo. Suplemento Cultural UNA.
Suarez, N. (21 de mayo de 2008). Omar Dengo, ejemplo de gestión educativa. Universidad de Costa Rica. https://www.ucr.ac.cr/noticias/2008/05/21/omar-dengo-ejemplo-de-gestion-educativa.html