11 José María Zeledón

Busto de José María ZeledónNacido en San José el 27 de abril de 1877. Poeta, periodista y político de Costa Rica, célebre por ser el escritor de la letra del Himno Nacional. Sin embargo, Billo Zeledón, como también se le conoce, fue diputado durante la administración de don Julio Acosta (1920-1924); además, en los convulsos años posteriores a la Revolución de 1948, fue parte de la Asamblea Nacional Constituyente que se encargó la redacción de la nueva constitución.

Al contrario de la gran mayoría de beneméritos de la Patria, el autor de la letra del Himno Nacional de Costa Rica es de orígenes muy modestos. Huérfano a muy temprana edad, al morir durante el parto su madre, la señora Concepción Brenes, y más adelante su padre, don Hilario Zeledón, cuando José María apenas cumplía los siete años. Por tan lamentable situación, sus tías paternas se encargan de su crianza; apenas logra culminar el primer año en el Liceo de Costa Rica, no por falta de méritos, sino porque muy pronto se vio en la necesidad de trabajar.

De tal modo, se desempeñó en innumerables oficios y puestos de trabajo: como escribiente en la Corte Suprema de Justicia (1892); director de la Imprenta Nacional (1914-1917); administrador de la Botica Francesa en San José (1917-1924); auditor en la Municipalidad de San José (1924-1936), del Consejo Superior de Salubridad (1936-1940) y la Compañía Atunera en la provincia de Puntarenas (1940-1944). Fue también directivo del Banco Nacional de Seguros (1925-1936) y secretario general del Hospital San Juan de Dios (1946-1949).

Estas funciones las supo acoplar a su papel como periodista, desde muy temprana edad, bajo los seudónimos de Billo, Merlín o Labrador, enviaba sus artículos de opinión, en los cuales hacía referencia a sus preocupaciones sociales y a las circunstancias políticas de su tiempo.

En 1900, fue nombrado administrador del periódico La Prensa Libre, y adquiere el periódico El Fígaro; sobre su posición política expresada en estas y otras publicaciones, Porras (2019) destaca lo siguiente: “Se  oponía al liberalismo tradicional costarricense, pero su actitud rebelde ante la autoridad rozaba un nivel casi anárquico… fue un duro crítico del Partido Comunista de Manuel Mora Valverde, así como de los Gobiernos de Rafael Ángel Calderón Guardia y Teodoro Picado” (párr. 8). Esta oposición y denuncias le valieron su salida del país, tras los ataques contra la dictadura militar de los hermanos Tinoco (1917-1919) y, en 1948, cuando fue torturado y arrestado.

Su faceta como poeta se revela en tres poemarios que logró publicar en vida: Musa nueva (1907), Jardín para niños (1916) y Alma infantil (1928), según se desprende de la información de algunas biografías, los manuscritos de dos libros más se destruyeron en un incendio ocurrido en su casa de habitación.

En cuanto a la creación de la letra del himno nacional, es necesario recordar que, si bien la música había sido compuesta en 1852 por Manuel María Gutiérrez, hasta 1900 se había cantado con tres letras distintas: la primera, escrita por el colombiano José Manuel Lleras; la segunda, escrita por Juan Fernández Ferraz, y la tercera, por el sacerdote Juan Garita Guillén. La primera deja de cantarse luego de la muerte del general Tomás Guardia, y tanto la segunda como la tercera letra se cantaban como himno nacional en las escuelas.

Sobre el uso de la letra de Juan Fernández Ferraz, el Centro de Conservación del Patrimonio Cultural (s. f.) revela que, si bien esta era la letra más utilizada, en 1903, se sugirió un cambio, pues se alegaba que “no se adaptaba a la forma de ser del costarricense, pues resultaba muy intelectual y difícil de memorizar, carecía de alma, sin lograr encender el fuego sacro del entusiasmo” (párr. 5).

Así, el presidente Ascensión Esquivel convoca ese mismo año a un concurso para una cuarta letra. Entre quienes participaron en aquella ocasión, estuvieron el mismo Juan Fernández Ferraz y Aquileo Echeverría, pero la ganadora será la letra que envió José María Zeledón, quien por aquel entonces ya era conocido por sus artículos de opinión en contra de la corrupción.

Sin embargo, al conocer el jurado y el presidente que el autor de la letra era ese escritor rebelde y crítico, quisieron anular la selección y el premio de quinientos colones; por eso la declaratoria de la letra ganadora demoró en hacerse oficial. Y, aunque aquella letra fue escrita en poco tiempo, el poeta relataría en una entrevista realizada por el periódico El Noticiero (12 de diciembre de 1903), citado por Pacheco (2010), lo siguiente:

Canté a la Patria, sí, á la Patria ideal, a la Patria noble y grande del porvenir, formada por el triunfo de todos los intentos generosos que en el momento actual recorren el mundo pobre sus flacos y desmedrados rocinantes, predicando la buena nueva de la solidaridad humana que ha de tornar felices a los hombres, empeñando las lanzas de su idea contra las aspas del conservatismo dominante. (Pacheco, 2010, p. 100)

Su espíritu crítico llevará al autor de la letra del Himno Nacional a una nueva polémica de índole nacional, puesto que, en 1907, con motivo de las prácticas homosexuales y de abuso por parte de los sacerdotes católicos, criticó el celibato, la celebración de las misas en latín y la Inquisición.

La respuesta de la Iglesia no se hizo esperar hasta que se volvió personal y le calificaron de “ateo ignorante”. En contraposición, en julio de 1885, José María Zeledón publica en el periódico La Prensa Libre un artículo titulado “La enseñanza conventual”. Así, sobre las repercusiones e importancia que tendrán las críticas y denuncias de José María Zeledón contra la Iglesia católica, Molina (2008) detalla:

Al traer este delicado tópico a la esfera pública en junio de 1907, Zeledón incurrió en una transgresión cultural a la que no se atrevieron ni siquiera los liberales de veinte años antes, quienes, en el caso de los paulinos y en otros similares, procuraron encauzar lo más discretamente posible las denuncias por las vías administrativa o judicial. (p. 34)

Estuvo casado desde 1899 con la señora Ester Venegas Zeledón, y tuvieron cinco hijos; don José María enferma durante su segundo periodo como diputado y muere en Esparza el 6 de diciembre de 1949. En su funeral, Luis Dobles Segreda apuntó:

Jueguen los niños asidos por las manos en torno de esta fosa, las rondas que para ellos escribió. Elogien los maestros la rectitud de esta conciencia de cristal. Canten los hombres y las mujeres de Costa Rica el Himno Nacional para decirle adiós. No lo lloren, porque su estatura moral está más allá del país de las lágrimas y ha de ser bandera de combate en todas las grandes luchas de la patria. (Guías de Costa Rica, 27 junio 2013)

En conmemoración de los cien años de su nacimiento, la Asamblea Legislativa le nombra Benemérito de la Patria, según el Acuerdo N.º 1792 del 14 de noviembre de 1977. De igual manera, en su honor, la escuela de Curridabat, la Unidad Pedagógica del Llano de San Miguel, la Escuela de Miramar de Puntarenas y el Colegio Tenido Profesional de Desamparados en Alajuela llevan su nombre.

Referencias bibliográficas

Centro de Conservación del Patrimonio Cultural. (s. f.). El himno nacional. Portal Patrimonio. https://www.patrimonio.go.cr/patrimonio/cicpc/III%20El%20Himno%20Nacional.aspx

Guías de Costa Rica. (27 de junio de 2013). José María Zeledón Brenes (1877-1949). https://guiascostarica.info/simbolos/jose_maria_zeledon/

Molina, I. (2008). La ciudad de los monos: Roberto Brenes Mesén, los católicos heredianos y el conflicto cultural de 1907 en Costa Rica. Editorial Universidad Nacional.

Porras, C. (29 diciembre 2019). José María Zeledón escribió algo más que el Himno Nacional de Costa Rica. Mis libros con notas. https://mislibrosconnotas.blogspot.com/2019/12/poesia-prosa-jose-maria-zeledon.html

Pacheco, A. (2010). Costa Rica: sus Símbolos Nacionales. Centro de Investigación y Conservación del Patrimonio Cultural. Imprenta Nacional. https://www.patrimonio.go.cr/biblioteca_digital/publicaciones/2010/simbolos_nacionales.pdf

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