21 Emma Gamboa Alvarado
Conocida por su contribución a la educación costarricense, especialmente, en la configuración de “la escuela nueva”. Emma Gamboa fue, también, luchadora por los derechos de las mujeres, en particular, por la garantía del voto femenino.
Nació en San Ramón de Alajuela el 17 de octubre de 1901. Al finalizar su formación primaria, y gracias a los esfuerzos de su madre, logra obtener una beca para cursar sus estudios secundarios en la Escuela Normal; sus maestros serán Joaquín García Monge, Omar Dengo, Roberto Brenes Mesén, José Joaquín Vargas Calvo, Luis Dobles Segreda, Rómulo Tovar, Anastasio Alfaro y María Isabel Carvajal. Sobre esta etapa de formación, Gamboa (1990) afirma que:
Don Roberto Brenes Mesén muy pronto la identificó por su talento. Después de dar su primera lección, en el aula donde estaba Emma, llegó a la secretaría de la Escuela Normal diciendo: “—Ha llegado de San Ramón una maravilla—”. Posteriormente le dijo a Emma: “—Tú serás grande—”. (p. 132)
Se egresa de la Escuela Normal en 1920 como maestra de enseñanza primaria, profesión que seguirá ejerciendo hasta que, en 1932, fue nombrada directora del preescolar (entonces llamado Kindergarden) anexo a la Escuela Normal. Es ahí donde se consolida su filosofía de la enseñanza desde los principios humanistas y del pragmatismo en la educación, expresada en sus numerosos ensayos, por ejemplo, el titulado La función de la educación de acuerdo con la naturaleza del hombre, escrito en 1946.
Los principios de libertad y experiencia están basados en el reconocimiento de que el hombre es un ser, además de dinámico, inteligente. No es un elemento pasivo del mundo. Tiene la capacidad para gobernar su vida y ser un factor constructivo en la vida que le rodea. La educación debe proveer los medios por los cuales el hombre llegue a ser consciente de su propia capacidad. Debe ser educado como un creador y no como un esclavo. (Garnier, 1976, pp. 98- 99)
Gracias a su valiosa función como directora de la recién inaugurada sección preescolar de la Escuela Normal, le asignan una beca para trasladarse a Estados Unidos, a la Universidad de Ohio, donde obtendrá los títulos de Bachiller en Educación (1939), Máster en Artes en 1940 y, finalmente, el Doctorado en Filosofía en 1951.
A su regreso al país, a mediados de la década de 1940, encuentra una situación política polarizada. Emma Gamboa, recientemente nombrada presidenta de la Asociación Nacional de Educadores (ANDE), redacta, en conjunto con un grupo de maestras, un manifiesto en contra de las acciones del entonces presidente Teodoro Picado. Este pronunciamiento derivará en la organización de una marcha de mujeres celebrada el 2 de agosto de 1947.
Alrededor de ocho mil mujeres marcharon de la Catedral a la Casa Presidencial, para pedirle al Presidente Teodoro Picado (1944-1948) garantías electorales y la terminación de la Huelga de Brazos Caídos. El desfile del 2 de agosto tuvo como propósito expresar la necesidad de que el gobierno respetara las garantías electorales. La marcha, realizada de manera pacífica y en silencio, no fue atendida por el Presidente Picado, sino que las manifestantes, prestas a pasar la noche al frente de la casa presidencial, se vieron forzadas a huir cuando la policía disparó, cortó la luz, las mujeres asustadas huyeron del lugar, lo que provocó la indignación del pueblo costarricense contra el gobierno. (Arce, 2012, p. 22)
Este movimiento sería conocido más adelante como “Las damas del 2 de agosto”, estas luchas sociales y sufragistas, así como su compromiso con la educación nacional, le valieron para que, durante el Gobierno de la Junta Fundadora (1948-1953), fuera designada como subsecretaria de Educación Pública y, en 1953, fuera seleccionada por Otilio Ulate como ministra de Educación Pública.
Pese a esto, no abandona la docencia, particularmente en la recién fundada Universidad de Costa Rica, institución en la que no solo actúa como educadora, sino también como fundadora y decana de la Facultad de Educación. Por ello, en 1958 inaugura el edificio que albergará a la Facultad de Educación de la Universidad de Costa Rica.
Además de sus obras más conocidas, las cuales fueron convertidas en libros de texto obligatorio en la educación primaria por décadas (Nuevo Silabario, 1935; Paco y Lola, 1958; Mi hogar y mi pueblo, La lectura activa y La casita del monte, 1970), incursiona en la poesía desde muy joven, así como en el ensayo y artículos publicados en periódicos y revistas nacionales como Triquitraque y el Repertorio Americano. A continuación, se expone una lista no exhaustiva de su producción literaria:
- La función de la educación de acuerdo con la naturaleza del hombre (1946).
- Educación primaria en Costa Rica (1952).
- John Dewey y la filosofía de la libertad (1958).
- Defensa de la escuela de educación de la Universidad (1960).
- Omar Dengo (1964).
- El pensamiento político de Omar Dengo (1969).
- Educación en una sociedad libre (1976).
- Flor de Infancia (1978), publicado después de su muerte.
- El sombrero aventurero de la niña Rosaflor (cuento).
- Instante de la Rosa (poesía).
En sus ensayos y artículos, devela claramente la inspiración de sus ideales educativos, los cuales fueron motivados por las figuras de Omar Dengo, Joaquín García Monge, Roberto Brenes Mesén, John Dewey, Jiddu Krishnamurti; emerge así un pensamiento y una praxis que, desde una visión integral y de dignidad de la persona, reclamaba el mejoramiento y actualización del sistema educativo costarricense en todos sus niveles, así se revela en este fragmento rescatado por Garnier (1976):
La democracia se basa en el reconocimiento de la naturaleza del hombre. Descansa en la convicción de que el hombre es inteligente y capaz de llegar a gobernar su propia vida. Ella asegura el derecho a inquirir y a descubrir. La educación debe enseñar a usar este derecho. Impartir conocimiento elaborado es oposición a un método democrático. Educación en democracia es guía. Ayuda al niño a descubrir y a conocer por el ejercicio de sus propias habilidades.
Reconociendo la naturaleza dinámica del hombre, lo trata como persona activa y creadora. También acepta el hecho de que el hombre es social y de que su desenvolvimiento completo requiere acción en comunidad. (p. 101)
Su compromiso por la escuela nueva costarricense la llevará a liderar la creación de la Escuela laboratorio en 1960, la cual se establece a partir de convenios entre la Universidad de Costa Rica y el Ministerio de Educación Pública. Además, instituciones como el Liceo Laboratorio de Moravia y la Escuela Nueva Laboratorio en San Pedro de Montes de Oca llevan su nombre en honor a su gran labor.
Al pensionarse, el decanato de la Facultad de Educación lo asume María Eugenia Dengo, quien, para su formación, fue confiada a Emma Gamboa por su propio padre antes de que este muriera. En 1965, Gamboa y Dengo viajan a Estados Unidos, donde Emma se casará con el Dr. Wade Bower, con quien mantenía una amistad por correspondencia desde sus tiempos como estudiante de la Universidad de Ohio.
Al volver a Costa Rica, el matrimonio se traslada a vivir a Santo Domingo de Heredia, y junto a su esposo funda la Asociación de Desarrollo; no obstante, tras siete años de matrimonio, su esposo muere. Sumida en una profunda tristeza, sus últimos años deberá enfrentar un cáncer, el cual da fin a su vida el 10 de diciembre de 1976. En su funeral, el entonces rector de la Universidad de Costa Rica, el señor Claudio Gutiérrez, rememoraba:
Acompañamos hoy en su camino hacia el infinito a una de las mujeres más preclaras que ha producido la patria costarricense (…) Su finura de espíritu, el temple de su alma, un talento analítico y claro, constituyeron la materia prima de esta gran obra …Pero esta calidad humana y esta magnífica educación no hubieran sido suficientes para producir la obra de Emma Gamboa sin un tercer elemento igualmente importante: la voluntad de ser, la decisión de ocupar su lugar, el espíritu de lucha, no estridente, pero indomable que caracterizó a esta extraordinaria mujer … Deja hoy Emma Gamboa el mundo de lo cotidiano para pasar a integrarse al mundo de los símbolos nacionales. Tiene asegurado un sitio de honor en el alma de la Patria. (Gamboa, 1990, p. 143)
El 27 de mayo de 1980, la Asamblea Legislativa la declara Benemérita de la Patria, según Acuerdo N.° 1999 y, en 1998, el Banco Central de Costa Rica decide incluir su efigie en una emisión del billete de diez mil colones, en reconocimiento a una de las mujeres más influyentes de la historia nacional.
Referencias bibliográficas
Arce, P. (2012). Para elegir y ser electas: una reconstrucción histórica: versión popular. Instituto Nacional de las Mujeres. https://www.sinabi.go.cr/biblioteca%20digital/libros%20completos/Instituto%20Nacional%20de%20las%20Mujeres/Para%20elegir%20Reconstruccion%20historicaVP1.pdf
Cubillo, R. (2010). Emma Gamboa: la educación como instrumento para la libertad del individuo. Káñina, 34(1),183-192. https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/kanina/article/view/1071
Gamboa, O. (1990). Emma Gamboa y la facultad de educación. Revista de Educación, 14(1), 131-144. http://repositorio.sibdi.ucr.ac.cr:8080/jspui/bitstream/123456789/8083/1/GABE0002.pdf
Garnier, L. (1976). Antología femenina del ensayo costarricense. Ministerio de Cultura Juventud y Deportes, Departamento de Publicaciones.
Guías de Costa Rica. (27 de diciembre de 2016). Emma Gamboa Alvarado (1901-1976). https://guiascostarica.info/personajes/emma-gamboa/