14 Aquileo Echeverría Zeledón
Escritor, periodista y político costarricense, nacido en San José el 22 de mayo de 1866. Su padre fue Aquileo Echeverría y su madre, Trinidad Zeledón. Célebre por su libro Concherías; sin embargo, la vida de Aquileo resulta más amplia que su obra más reconocida y popular.
Murió joven, pero, aun así, pudo experimentar numerosas y valiosas oportunidades que le convirtieron en uno de los escritores más importantes del país. Tanto así que influyó decisivamente en toda la generación que, desde una perspectiva costumbrista, dibujó la Costa Rica campesina de finales del siglo XIX y principios del siglo XX.
Apenas logró concluir la primaria, como él mismo relata, “Apenas llegué a los doce dejé los libros a un lado, así es que yo, por fortuna, no hice ni bachillerato” (Echeverría, 1927 citado por Vargas, 2010, p. 40). Con apenas 19 años, se enlistó en el ejército costarricense que envió tropas a Nicaragua para luchar contra el presidente de Guatemala Justo Rufino Barrios, quien intentaba restablecer las Provincias Unidas de Centroamérica. Luego de la muerte del militar guatemalteco, Echeverría, se establece en Nicaragua, donde se desempeñará como edecán del presidente Adán Cárdenas del Castillo y conocerá al poeta Rubén Darío, con quien establece una estrecha amistad, esto influirá en su estilo literario y en su incorporación a la corriente del modernismo. Sobre las características de su escritura, Duverrán (1987) señala:
Así, es Echeverría el menos modernista de los modernistas; solo conserva de las categorías de ese movimiento revolucionario la libertad de elección creadora, la fuerza de expresión lingüística, cierta vitalidad y fe en el hombre y en el destino del hombre americano. Esto es, un modernista en cuanto fue lo que quiso ser: no lo convencional, no lo igual español o lo afrancesado, sino lo nuevo americano, la síntesis particular. (p. 10)
Al regresar a Costa Rica, trabajó como periodista y colaborador de numerosas publicaciones como La República, El comercio, Costa Rica Ilustrada, El periódico, El noticiero, Páginas Ilustradas, El Sol, Pandemonium, La Revista, El Heraldo, La Patria (del cual fue además editor). Incluso en colaboración con Rubén Darío publicará en el periódico La Unión de El Salvador y también en Guatemala Ilustrada.
Durante el Gobierno de Bernardo Soto, para validar el tratado Cañas-Jerez, que definió los límites entre Costa Rica y Nicaragua en 1858, se recurrió a la mediación del presidente de Estado Unidos, Grover Cleveland; en esa ocasión, el autor de Concherías se desempeña como agregado en la Embajada de Costa Rica en Washington, por ello participa en el laudo arbitral emitido por el presidente, el cual consolidó la posesión de Guanacaste y los límites de Costa Rica con Nicaragua.
En su regreso al país en 1893, continúa colaborando con periódicos y revistas a donde envía sus relatos, crónicas y reportajes. En este periodo, también lo nombran director de la Biblioteca de Heredia, por lo que, con sus pocos ahorros, se traslada a esta provincia junto con su esposa María Dolores Flores Zamora, con quien se casó en 1885. En Heredia, logró abrir una pulpería, que si bien no le representó el éxito económico, se convirtió en fuente de relatos e historias para sus propias publicaciones. Se detalla, a continuación, la obra de Aquileo Echeverría:
- “Acuarelas” (1891).
- “Marta” (1892).
- “El corsé de la cenicienta” (1892).
- “Frufrú” (1894).
- “Romances” (1903).
- “Concherías” (1905).
Se convierte con su obra en el creador de la conchería, género caracterizado por retratar al “concho” o campesinado costarricense. Sobre su obra más conocida y única publicada fuera de las fronteras nacionales, Duverrán (1987) explica:
Es un libro único en la literatura de Costa Rica, y tal vez en la hispanoamericana: su originalidad no está dada por el uso del romance ni por la utilización de la lengua dialectal. Es más importante la convención de hacer hablar a campesinos y personajes populares en un lenguaje que es síntesis de su habla, concentración de los dones posibles de esa lengua, más el ámbito de un humor y una fisga penetrantes que estructuran la realidad y le dan marco al discurso. Y todo ello para expresar una forma de ser y de ver la vida, en relación con esos habitantes y sus provincias. (p. 11)
También, en la provincia de Heredia, adquiere una finca cafetalera llamada “La Pitahaya”; sin embargo, en 1908, padece una grave enfermedad y, con la ayuda del Congreso, se traslada a París y luego a Barcelona con el fin de recibir tratamiento en la Casa de Salud de Barcelona. En esta ciudad, muere el 11 de marzo de 1909 a la temprana edad de 43 años. Sus restos se repatriaron el 19 de marzo de 1915, gracias al esfuerzo de algunos pobladores de Heredia.
De él, su amigo Rubén Darío escribirá: “Costa Rica tiene un poeta, es verdad, otros poetas, pero su poeta, el poeta nacional, el poeta familiar se llama Aquileo J. Echeverría” (Echeverría, 2006).
Además, lo designaron Benemérito de las Lenguas Patrias el 19 de octubre de 1953, según Acuerdo N.º 47; más tarde, en 1961, el Ministerio de Cultura Juventud y Deportes crea el Premio Nacional Aquileo J. Echeverría a la producción literaria en el país. Sobre su legado y amor por Costa Rica, Porras (2016) describe lo siguiente: “Aquileo Echeverría era un gran enamorado de su tierra, de la que no le gustaba separarse por periodos prolongados (…) Aquileo escribió sobre los ticos y para los ticos y, por ello, sus versos quedaron atrapados exclusivamente en su país” (párr. 4).
Referencias bibliográficas
Duverrán, C. (1987). El garbo del desgaire: las concherías, de Aquileo Echeverría. Revista Iberoamericana, 53( 1 3 8 – 1 3 9 ) , 1 0 – 2 6 . https://revista-iberoamericana.pitt.edu/ojs/index.php/Iberoamericana/article/download/4313/4481
Echeverría, A. (2006). Concherías. Editorial Legado.
Porras, C. (9 de marzo de 2016). Crónicas y cuentos míos. Aquileo Echeverría. Mis libros con notas. https://mislibrosconnotas.blogspot.com/2016/03/cronicas-y-cuentos-mios-aquileo.html
Vargas, J. (2010). Aquileo y sus monedas. Aquileo J. Echeverría 1866-1909. In memoriam. Revista Herencia, 23 (1), 39-50. https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/herencia/article/download/10339/9728/