27 Yolanda Oreamuno Unger
Escritora costarricense, naturalizada guatemalteca. Nació en 1916 en San José. Vivió la mayor parte de su vida entre Guatemala y México, donde muere el 9 de julio de 1956.
Su vida estuvo marcada por la tragedia y la enfermedad, que inicia desde la temprana muerte de su padre Carlos Oreamuno Pacheco, cuando ella apenas cumplía los nueve meses de vida. Tras la muerte de su padre, Yolanda, su madre Margarita Unger Salazar y su abuela materna, atraviesan una situación muy precaria.
Posterior a estos primeros años, realiza su formación primaria en la Escuela Superior de Niñas y la secundaria, en el Colegio de Señoritas, institución en la cual obtuvo el título técnico de contaduría en 1933 y recibió ahí mismo los primeros reconocimientos por su escritura, cuando se le otorgó, a los 16 años, la mención de honor por el ensayo “Medios que usted sugiere al colegio para librar a la mujer costarricense de la frivolidad ambiente”. En este trabajo expone su carácter disruptivo y transgresor, así como su técnica narrativa.
Su madre contrae matrimonio por segunda vez con un comerciante de ascendencia holandesa, lo cual mejoró inmediatamente su situación económica; esto, junto con su gran belleza, le permite relacionarse con los círculos artísticos del país, siendo modelo para los pintores Manuel de la Cruz González y Gonzalo Morales. Tales retratos, serán de gran revuelo en la pequeña San José de la década de 1930 y también, gracias a ellos, se promueve su participación en concursos de belleza.
Aparte de la profunda transgresión cultural que supusieron, esos retratos evidencian también el importante proceso de empoderamiento que experimentó la joven, el cual le permitió redefinir sus relaciones dentro de su propia familia y aprovechar la repercusión que tuvieron tales óleos para impulsar su candidatura en el certamen de belleza de la Cuarta Exposición de Artes Plásticas. (Molina, 2019, p. 45)
Así, en 1932, es electa reina de la Cuarta Exposición de Artes Plásticas. Este periodo de su vida estará marcado por su amplia participación en numerosas actividades culturales, tanto públicas como privadas, así como en un segundo concurso de belleza, esta vez internacional, convocado por el periódico La Tribuna. En esta ocasión, pese a no ganar, sí consiguió convertirse en una figura mediática en el país.
Concluida la secundaria, se gradúa en la especialidad de secretariado. Motivo por el cual pasa, de manera inmediata, a trabajar para el Ministerio de Educación y, posteriormente, en la Embajada de Chile, institución donde conocerá a su primer esposo: Jorge Molina Wood, con quien se traslada a Chile, en 1936, luego de contraer nupcias.
En la ciudad de Santiago, su esposo se suicida frente a la misma Yolanda; este trágico hecho será relatado en su novela: La ruta de su evasión. Su matrimonio y las condiciones de su viudez la llevarán a desligarse, casi por completo, del ambiente josefino y costarricense.
No obstante, en 1937, se casa con el político costarricense Óscar Barahona Streber, con quien tendrá a su único hijo, Sergio Barahona Oreamuno, en 1942. Esta relación fracasa, lo cual repercute en que la excluyan de la custodia de su hijo, pues incluso le prohíben verlo; tal situación marcará su vida de manera decisiva.
Para estos años, Yolanda escribe su primera novela: Por tierra firme (1940), texto autobiográfico. El manuscrito original se envió al Concurso Latinoamericano de la Editorial Farrar & Rinehart; sin embargo, esta constituye la primera de sus novelas perdidas, según la misma autora refiere en una entrevista para el “Repertorio Americano”. Ella, junto con Fabián Dobles y José Marín Cañas, obtienen un primer lugar compartido; por eso decide retirar su manuscrito, el cual, finalmente, pierde la editorial.
Efectivamente, he resuelto retirar mi novela del concurso, no crea que en mi actitud hay arrogancia ni resquemores, mucho menos desaire para los señores Marín Cañas y Dobles Rodríguez. Todo lo contrario. Simplemente quiero quedar satisfecha al poner de relieve la manera sutilísima con que el jurado “le buscó la comba al palo” para dejarnos complacidos a todos los concursantes. Es una forma muy tica. Pero ocurre que desafortunadamente nunca he podido soportar las cosas, las decisiones y las actitudes que no sean absoluta y totalmente claras. Y para conseguirlo, es decir, para facilitar la labor del jurado, no vacilo en retirar mi novela con el objeto de que ellos encuentren menos dificultades en seleccionar una novela entre dos. (Molina, 2019a, p. 47)
Como parte de los acuerdos de separación de su segundo esposo, Yolanda Oreamuno se traslada a México en 1944. Este “exilio” es obligado también por los constantes insultos que la conocida autora recibía en la capital costarricense, lugar donde, en los años cuarenta, la condición de divorciada constituía un estigma social. Cansada y abatida por una profunda tristeza, en 1944, escribe las obras: México es mío, “De su obscura familia” y su segunda novela titulada Dos tormentas y una aurora, otro texto que pertenece a sus novelas perdidas.
En 1948, viaja de nuevo a Guatemala, en esta ocasión, con el objetivo de recibir el Premio Literario “15 de septiembre”. Justamente en este viaje decide adoptar la nacionalidad guatemalteca, en gran medida, por la dolorosa relación con Costa Rica, esto la llevó a reiterar que no quería ser considerada escritora costarricense, pues en este país no se sentía ella.
Así lo expresó en una carta enviada a su amigo Joaquín García Monge: “Deseo que nunca se me incluya en nada que tenga que ver con Costa Rica y que mi nombre no figure en ninguna lista de escritores ticos, porque mi trabajo y yo pertenecemos a Guatemala” (Oreamuno, citado por Corrales, 2015, párr. 32).
En ese mismo año, escribe La ruta de su evasión, esta resulta la única novela que se conserva y que ha generado numerosos estudios, principalmente, por considerarse vanguardista gracias a las temáticas abordadas: angustia, muerte, sexualidad y, también, por su técnica narrativa, al incluir el diálogo interior y el análisis psicológico.
En 1949, enferma y su amiga Eunice Odio la traslada a un hospital en Washington, donde se quedará por cuatro meses. Según revela ella misma en las cartas que enviaba a sus amistades, sufría tanto física como mentalmente, Durante este tiempo, se llegó a creer que moriría; sin embargo, se repondrá para trasladarse de nuevo a México. Esta última etapa de la vida de la escritora estuvo marcada por la enfermedad hasta el momento de su prematura muerte en 1956.
Una breve recopilación de sus escritos incluye ensayos tales como:
- ¿Puede la mujer tener los mismos derechos políticos que el hombre? (1932).
- Medios que usted sugiere al colegio para librar a la mujer costarricense de la frivolidad ambiente (1933).
- El negro, sentido de la alegría (1937).
- Mi mujer y mi monte (1938).
- El último Max Jiménez ante la indiferencia nacional (1939).
- Vida y dolores de Juan Varela (1939).
- Panorama poético colombiano construido sólo en recuerdo (1940).
- Protesta contra el folclore (1943).
- Max Jiménez y los que están (1947).
- Esfuerzo editorial de Guatemala (1948).
- El caos genésico en la pintura de Abela (1950).
Cuentos:
- La lagartija de la panza blanca (1936).
- Las mareas vuelven de noche (1936).
- Don Juvencio (1936).
- Misa de ocho (1937).
- Valle alto (1946).
- Pasajeros al norte (1944).
- Juan Ferrero (Fragmento de una novela, 1944).
- La llave (1948).
- Un regalo (1948).
- Harry Campbell Pall (1949).
- De su obscura familia (1951).
Además, otros textos se han definido como narrativa lírica, entre ellos:
- El espíritu de mi tierra (1937).
- Apología del limón dulce (1944).
- México es mío (1945).
- Manzrur, el pez (1952).
- Scherezada, la pez (1952).
Algunos escritos clasificados como apuntes o cuadros de costumbres son los siguientes:
- 18 de setiembre (1937).
- Vela urbana (1937).
- Pasajeros al norte (1944).
- Gentes de café en el México (1945).
Novela:
- La ruta de su evasión (1949).
Como se señaló previamente, dos de sus novelas y otros textos citados por la misma Oreamuno en sus cartas han desaparecido, tal es el caso de Por tierra firme (1936), Dos tormentas y una aurora (1944), Casta sombría (1944), De hoy en adelante (1947) y José de la Cruz recoge su muerte.
De su extensa obra, en 1961, su amiga Lilia Ramos logra recuperar y publicar con la Editorial Costa Rica algunos escritos bajo el título A lo largo del corto camino. Este libro reúne ensayos, críticas, cuentos y cuatro capítulos de la novela La Ruta de su evasión; de ellos, se presenta a continuación un fragmento del ensayo: ¿Puede la mujer tener los mismos derechos políticos que el hombre?
¡Que no haga la mujer poses de feminista, mientras no haya conseguido la liberación de su intelecto, de lo mejor de ella misma preso dentro de su propio cuerpo! Nunca hay que olvidar que la tarea se acomete por el principio. El feminismo que busca reivindicaciones «políticas», sin haber conseguido otro éxito que el de ponernos tacones bajos y el cortarnos el pelo, será por fuerza un movimiento equivocado mientras no le quite a la mujer el prejuicio de que el hombre debe mantenerla y mientras no borre de la masa cerebral femenina el «miedo de decir», el decir mal, y la deliberada tendencia a ignorar todo lo que no sean nuestros mediocres y pequeños problemas individuales. (Guías de Costa Rica, 2017, párr. 4)
Estas ideas y la propia vida de la autora conllevan a realizar numerosos análisis de su obra como “feministas”. Este análisis obliga a considerar el periodo histórico que le corresponde vivir y la herencia patriarcal de la sociedad centroamericana y mexicana, de la cual no logra desvincularse totalmente, a pesar de criticar la sublevación de la mujer y su formación exclusiva para ser madre y esposa.
En cambio, una lectura femenina de Yolanda Oreamuno deberá considerar su crecimiento transgresor, al romper ella misma con los típicos roles asignados a la mujer, para dedicarse a la escritura y confrontar a la propia sociedad costarricense.
Su creación literaria es en sí misma disruptiva, como parte de la llamada “Generación del 40”, conformada, entre otros, por Carlos Luis Fallas, Fabián Dobles, Eunice Odio y Rodrigo Facio, rompe con la literatura costumbrista para dar paso a un estilo caracterizado por una visión crítica y realista de la sociedad. Yolanda Oreamuno, en particular, se verá influida por Benito Pérez Galdós, Aldous Huxley, Eduardo Mallea y, principalmente, por Marcel Proust; influencias que determinarán su gusto por lo psicológico, las pasiones humanas, así como por romper con el tipo de narración lineal. La misma Oreamuno se declara “harta” del estilo literario que hasta entonces había predominado en América Latina, así lo expone en su ensayo Protesta contra el folklore, escrito en 1943, al afirmar:
Pero yo estimo que el clímax de saturación ha llegado y acuso a la literatura folclorista de unilateralidad. Considero que más folclore, visto como única corriente artística posible en América, significa decadentismo. Si al describir nuestros autores sienten 2 pujos redentoristas, ahí está la industrialización que llega a pasos magnos con toda su secuela de penurias, crisis y grandiosidades; ahí está la cruenta adaptación de nuestros pueblos mestizos, polifacéticos y fantasiosos, a la realidad mecanizada científica (… ) Es necesario que terminemos con esta calamidad. La consagración barata del escritor folklorista, el abuso, la torpeza, la parcialidad y la mirada orientada en un solo sentido que equivalen a ceguera artística. Creo que en adelante me negaré a considerar poemas, cuadros y libros que insistan con semejante necedad en el tema. Haré un postrer tercer esfuerzo para finalizar el libro origen de estas conclusiones en la esperanza de que sea el último que me encuentre por lo menos en algún tiempo, ya sea bueno como éste, o malo como los más. (Oreamuno, 1943, pp. 2-3)
Finalmente, muere en 1956 en México. Será hasta en 1961 que su cuerpo se traiga a Costa Rica y sea enterrado en el Cementerio General de San José. El día 21 de julio del 2021, la Asamblea Legislativa le otorga el título de Benemérita de la Patria según N.º 6389-21-22, del 21 de setiembre del 2021.
Referencias bibliográficas
Bautista, V. (11 de noviembre de 2020). Rescatan novela de Yolanda Oreamuno. Excélsior. https://www.excelsior.com.mx/expresiones/rescatan-novela-de-yolanda-oreamuno/1416181
Calvo, Y. (2010). Yolanda Oreamuno: el derecho a pensar. Ístmica, (13), 209-216. https://www.revistas.una.ac.cr/index.php/istmica/article/view/2328/2224
Corrales, A. (2015). Acercamientos a la vida y obra de Yolanda Oreamuno Unger. Carátula. https://www.caratula.net/67-acercamientos-a-la-vida-y-obra-de-yolanda-oreamuno-unger/
Guías de Costa Rica. (27 de junio de 2017). Yolanda Oreamuno. https://guiascostarica.info/personajes/yolanda-oreamuno/
Molina, I. (2019a). Yolanda Oreamuno, una contribución fotográfica y documental (1931-1956). Universidad de Costa Rica, Vicerrectoría de Investigación, Centro de Investigaciones Históricas de América Central. https://cihac.fcs.ucr.ac.cr/wp-content/uploads/Molina_Ivan_Bicentenario_No_11.pdf
Molina, I. (2019b). La inserción de Yolanda Oreamuno en el “mundo elegante” costarricense (1931-1935). Diálogos 20 (2), 37-63. https://revistas.ucr.ac.cr/index.php/dialogos/article/view/37016/38722
Oreamuno, Y. (1943). Protesta contra el folclore. Repertorio Americano, 1-3. http://www.scriptorium.una.ac.cr/index.php/obras