Introducción
Una administración empresarial basada en los preceptos del turismo sostenible es un plan de acción integral que va más allá del cumplimiento de las obligaciones jurídicas, fiscales o laborales. Esto implica que la sostenibilidad debe estar presente en todos los aspectos y funciones de la empresa, donde todos y cada uno de los miembros del equipo humano que la conforman deben participar activamente asumiendo responsabilidades específicas.
Si bien es cierto muchas de las acciones que se derivan de una estrategia empresarial basada la operación de un turismo sostenible suponen importantes incentivos económicos, asociados a ahorros, aumento de la eficiencia y eventualmente una mayor participación de mercado, lo primordial debe ser el compromiso de la empresa con un modelo integral que procure gestionar con éxito para la sociedad en la que opera y la obtención de beneficios para los distintos grupos que directa o indirectamente influyen y se ven influenciados por las actividades de la compañía. En concreto,
Una empresa sostenible es aquella que crea valor económico, medioambiental y social a corto y largo plazo, contribuyendo de esa forma al aumento del bienestar y al auténtico progreso de las generaciones presentes y futuras, tanto en su entorno inmediato como en el planeta en general. (Foro Empresa Sostenible, 2002).
En este sentido, la gestión empresarial del turismo sostenible es una actitud fundamental hacia la forma en que se hace el trabajo, teniendo en cuenta que el cotidiano quehacer del negocio afecta todas las facetas de la sociedad y tiene un impacto muy directo en los beneficios económicos que se pueden generar. No se puede hablar de gestión empresarial sostenible, si la filosofía de la empresa no trasciende y se manifiesta de formas concretas en todos los que participan en ella, sean colaboradores, clientes y proveedores. La práctica de sostenibilidad debe generar un efecto transformador y no solo apelar al cumplimiento de un conjunto de normas, métodos y procedimientos.
De esta forma, el primer paso para poner en marcha la sostenibilidad es invertir en el capital humano y disponer de una estructura administrativa que permita el alineamiento de la organización y de la cadena de valor de sus productos y servicios en esta dirección, antes de tomar las acciones pertinentes o ajustar los procesos de la empresa que resulten en una operación turística de carácter sostenible.
En el mundo empresarial, los procesos y las estrategias tienen como objetivo minimizar el riesgo inherente del negocio y maximizar sus oportunidades. Sin embargo, no siempre se logra una consistencia y congruencia en su cumplimiento, y no por ello se pone en entredicho la integridad de la empresa. Mas esto no es el caso de la sostenibilidad, ya que es un aspecto donde la inacción e incongruencia con respecto a las declaraciones de valor de la empresa conllevan consecuencias negativas e inevitables.
La gestión empresarial del turismo sostenible exige una adecuada planeación, una metódica implementación y una rigurosa medición, para garantizar que las operaciones se desarrollen bajo los fundamentos del desarrollo sostenible y que no solo sean el despliegue "cosmético" de un conjunto de acciones "verdes", adornadas con “filantropía” empresarial, sustentadas a través de maniobras de promoción y ventas. Es decir, la sostenibilidad debe ser auténtica y dinámica.
El desarrollo de una estrategia para el turismo sostenible debe ser un proceso participativo que involucre a los tomadores de decisión de las empresas (organizaciones, instituciones, comunidades o gobiernos, según sea el caso), con el fin de lograr una mayor adhesión a la estrategia y al compromiso para su implantación. Además, el conjunto las de partes interesadas implicadas en el desarrollo de la estrategia debería reflejar la composición de toda la estructura organizacional que será parte del proceso. Asimismo, debe tomar las medidas que aseguren un compromiso a largo plazo tanto para la estrategia como, fundamentalmente, para su implantación.
Las fases más importantes en la formulación de la estrategia son:
El proceso de análisis para determinar las acciones que permitan una efectiva gestión empresarial del turismo sostenible se agrupan en siete distintas líneas de entorno de ejecución, según se detalla seguidamente:
Administración de la Sostenibilidad
Consiste en desarrollar y mantener en ejecución las políticas administrativas y un sistema de gestión de largo plazo que, conforme a sus características, considere el manejo apropiado en el área ambiental, sociocultural, de calidad, de salud y de seguridad, bajo los preceptos de sostenibilidad turística.
Amigabilidad ambiental de instalaciones e infraestructura
Implica asegurar que el diseño, construcción y disposición física de las instalaciones e infraestructura utilizadas por la empresa para el desarrollo de su negocio armoniza con el entorno de su ubicación, respeta los patrimonios culturales y naturales, cumpliendo con las regulaciones y normativas constructivas de las autoridades locales.
Protección al ambiente
Consiste en establecer políticas y protocolos operativos específicos orientados a disminuir o eliminar problemas, actuales o potenciales, asociados a la generación de impactos ambientales negativos. Además, racionaliza el uso de los recursos y participa activamente en programas de protección de los recursos naturales y saneamiento ambiental.
Conservación de la flora y fauna
Se fundamenta en disponer de programas de apoyo al Estado y otras entidades estatales y locales para el mantenimiento de áreas protegidas privadas o públicas, así como parques nacionales, con el fin de preservar las especies de flora y fauna silvestres.
Generación de beneficios sociales y económicos a comunidades locales
Implica contar con programas que estimulen el desarrollo de ventajas socioeconómicas y reduzcan al mínimo los impactos negativos asociados al desarrollo de sus actividades, en las comunidades locales donde estas se desarrollan.
Protección del patrimonio socio-cultural
Consiste en instaurar pautas para la preservación y uso racional de los patrimonios culturales, que reduzcan al mínimo los impactos que sus clientes puedan ocasionar mientras disfrutan de ellos.
Salubridad y seguridad
La salud física y ocupacional, así como el bienestar de los colaboradores de la empresa, deben ser fiel reflejo de la sostenibilidad social, por lo que la empresa debe contar con programas y acciones para el mejoramiento continuo de las condiciones que garanticen la protección de la salud y seguridad de empleados, clientes y vecinos.
Intentar avanzar hacia la sostenibilidad puede no tener sentido sin alguna forma objetiva de evaluar si se están respetando los principios fundamentales o medir el avance, por ello la definición y utilización de indicadores de sostenibilidad es un componente central de los procesos de implementación y de gestión de sostenibilidad. Para definir los indicadores, es recomendable que estos cumplan con los criterios que se detallan seguidamente:
Los indicadores hacen posible verificar los cambios a lo largo del tiempo de una forma continua y coherente, aclaran los objetivos y, lo que es más importante, obligan a ser precisos. Son una herramienta que facilita la adopción y valoración de acciones concretas para lograr una gestión empresarial que evidencie el compromiso con los fundamentos del turismo sostenible. Los indicadores deben definirse durante las primeras fases en el proceso, para señalar los criterios mínimos a los que se debe aspirar para alcanzar una adecuada implementación de sostenibilidad.
Finalmente, es importante recordar que el turismo sostenible es una condición del turismo, no a un tipo de turismo, de tal manera que en las prácticas de gestión la sostenibilidad turística es aplicable a cualquier destino, forma o actividades turísticas. Es decir, la sostenibilidad debe ser transversal a la oferta turística del país, no puede ser vista como un tipo o producto turístico.
Una administración empresarial basada en los preceptos del turismo sostenible es un plan de acción integral que va más allá del cumplimiento de las obligaciones jurídicas, fiscales o laborales. Esto implica que la sostenibilidad debe estar presente en todos los aspectos y funciones de la empresa, donde todos y cada uno de los miembros del equipo humano que la conforman deben participar activamente asumiendo responsabilidades específicas.
Si bien es cierto muchas de las acciones que se derivan de una estrategia empresarial basada la operación de un turismo sostenible suponen importantes incentivos económicos, asociados a ahorros, aumento de la eficiencia y eventualmente una mayor participación de mercado, lo primordial debe ser el compromiso de la empresa con un modelo integral que procure gestionar con éxito para la sociedad en la que opera y la obtención de beneficios para los distintos grupos que directa o indirectamente influyen y se ven influenciados por las actividades de la compañía. En concreto,
Una empresa sostenible es aquella que crea valor económico, medioambiental y social a corto y largo plazo, contribuyendo de esa forma al aumento del bienestar y al auténtico progreso de las generaciones presentes y futuras, tanto en su entorno inmediato como en el planeta en general. (Foro Empresa Sostenible, 2002).
En este sentido, la gestión empresarial del turismo sostenible es una actitud fundamental hacia la forma en que se hace el trabajo, teniendo en cuenta que el cotidiano quehacer del negocio afecta todas las facetas de la sociedad y tiene un impacto muy directo en los beneficios económicos que se pueden generar. No se puede hablar de gestión empresarial sostenible, si la filosofía de la empresa no trasciende y se manifiesta de formas concretas en todos los que participan en ella, sean colaboradores, clientes y proveedores. La práctica de sostenibilidad debe generar un efecto transformador y no solo apelar al cumplimiento de un conjunto de normas, métodos y procedimientos.
De esta forma, el primer paso para poner en marcha la sostenibilidad es invertir en el capital humano y disponer de una estructura administrativa que permita el alineamiento de la organización y de la cadena de valor de sus productos y servicios en esta dirección, antes de tomar las acciones pertinentes o ajustar los procesos de la empresa que resulten en una operación turística de carácter sostenible.
En el mundo empresarial, los procesos y las estrategias tienen como objetivo minimizar el riesgo inherente del negocio y maximizar sus oportunidades. Sin embargo, no siempre se logra una consistencia y congruencia en su cumplimiento, y no por ello se pone en entredicho la integridad de la empresa. Mas esto no es el caso de la sostenibilidad, ya que es un aspecto donde la inacción e incongruencia con respecto a las declaraciones de valor de la empresa conllevan consecuencias negativas e inevitables.
La gestión empresarial del turismo sostenible exige una adecuada planeación, una metódica implementación y una rigurosa medición, para garantizar que las operaciones se desarrollen bajo los fundamentos del desarrollo sostenible y que no solo sean el despliegue "cosmético" de un conjunto de acciones "verdes", adornadas con “filantropía” empresarial, sustentadas a través de maniobras de promoción y ventas. Es decir, la sostenibilidad debe ser auténtica y dinámica.
El desarrollo de una estrategia para el turismo sostenible debe ser un proceso participativo que involucre a los tomadores de decisión de las empresas (organizaciones, instituciones, comunidades o gobiernos, según sea el caso), con el fin de lograr una mayor adhesión a la estrategia y al compromiso para su implantación. Además, el conjunto las de partes interesadas implicadas en el desarrollo de la estrategia debería reflejar la composición de toda la estructura organizacional que será parte del proceso. Asimismo, debe tomar las medidas que aseguren un compromiso a largo plazo tanto para la estrategia como, fundamentalmente, para su implantación.
Las fases más importantes en la formulación de la estrategia son:
El proceso de análisis para determinar las acciones que permitan una efectiva gestión empresarial del turismo sostenible se agrupan en siete distintas líneas de entorno de ejecución, según se detalla seguidamente:
Consiste en desarrollar y mantener en ejecución las políticas administrativas y un sistema de gestión de largo plazo que, conforme a sus características, considere el manejo apropiado en el área ambiental, sociocultural, de calidad, de salud y de seguridad, bajo los preceptos de sostenibilidad turística.
Implica asegurar que el diseño, construcción y disposición física de las instalaciones e infraestructura utilizadas por la empresa para el desarrollo de su negocio armoniza con el entorno de su ubicación, respeta los patrimonios culturales y naturales, cumpliendo con las regulaciones y normativas constructivas de las autoridades locales.
Consiste en establecer políticas y protocolos operativos específicos orientados a disminuir o eliminar problemas, actuales o potenciales, asociados a la generación de impactos ambientales negativos. Además, racionaliza el uso de los recursos y participa activamente en programas de protección de los recursos naturales y saneamiento ambiental.
Se fundamenta en disponer de programas de apoyo al Estado y otras entidades estatales y locales para el mantenimiento de áreas protegidas privadas o públicas, así como parques nacionales, con el fin de preservar las especies de flora y fauna silvestres.
Implica contar con programas que estimulen el desarrollo de ventajas socioeconómicas y reduzcan al mínimo los impactos negativos asociados al desarrollo de sus actividades, en las comunidades locales donde estas se desarrollan.
Consiste en instaurar pautas para la preservación y uso racional de los patrimonios culturales, que reduzcan al mínimo los impactos que sus clientes puedan ocasionar mientras disfrutan de ellos.
La salud física y ocupacional, así como el bienestar de los colaboradores de la empresa, deben ser fiel reflejo de la sostenibilidad social, por lo que la empresa debe contar con programas y acciones para el mejoramiento continuo de las condiciones que garanticen la protección de la salud y seguridad de empleados, clientes y vecinos.
Intentar avanzar hacia la sostenibilidad puede no tener sentido sin alguna forma objetiva de evaluar si se están respetando los principios fundamentales o medir el avance, por ello la definición y utilización de indicadores de sostenibilidad es un componente central de los procesos de implementación y de gestión de sostenibilidad. Para definir los indicadores, es recomendable que estos cumplan con los criterios que se detallan seguidamente:
Los indicadores hacen posible verificar los cambios a lo largo del tiempo de una forma continua y coherente, aclaran los objetivos y, lo que es más importante, obligan a ser precisos. Son una herramienta que facilita la adopción y valoración de acciones concretas para lograr una gestión empresarial que evidencie el compromiso con los fundamentos del turismo sostenible. Los indicadores deben definirse durante las primeras fases en el proceso, para señalar los criterios mínimos a los que se debe aspirar para alcanzar una adecuada implementación de sostenibilidad.
Finalmente, es importante recordar que el turismo sostenible es una condición del turismo, no a un tipo de turismo, de tal manera que en las prácticas de gestión la sostenibilidad turística es aplicable a cualquier destino, forma o actividades turísticas. Es decir, la sostenibilidad debe ser transversal a la oferta turística del país, no puede ser vista como un tipo o producto turístico.